Pondría el mail que mandé esta madrugada pero no lo encuentro (posta): pero avisaba que era de buena onda mi post y que cualquier cosa que molestara la sacaría. Al mediodía chequée mails en un ciber y por suerte mis esperanzas de leer alguna vez en Alejandría (que había incinerado en una noche de insomnio egomaníaco), renacieron:
Jaja... todo bien. Ya respondí en el blog, pero hay algo que no puse (y tal vez sea una especie de crítica encubierta): Somos pocos (100, 200 personas en esto de la literatura... ), no hay muchas oportunidades para publicar, y por lo general, por no decir SIEMPRE, noté muy buenas intenciones y predisposición (Pienso en Carne Argentina, El interpretador, Los mudos, El quinteto, Oliverio, Hojas de Tamarisco, ALejandría, Mil Mamuts, los muchachos que están por la madrugada en Radio Nacional, Lahe y sus reuniones, Plebella y sus presentaciones, la cantidad de revistas virtuales, todos los que se acercana mostrar lo suyo, a ayudar...entre otros)
Hace tres años que arranqué con Alejandría, y al principio era más crítico: luego decidí dejar de lado esas cuestiones de diferencias que obviamente van a existir siempre, y resaltar lo positivo de cada grupo y persona. Porque en definitiva (Y pongo un ejemplo más tangible: la crítica de libros)... ¿No es mejor y más positivo resaltar lo bueno de un libro hecho a pulmón que caerle con todo el peso? ¿No es hasta más éticamente adecuado intentar dar a difundir la obra de alguien que recién empieza o qué "la está peleando", qué hacerlo pelota? Prefiero caerle al que es editado en Alfaguara o en Planeta, si lo merece, no perdonarle una, total, el daño no pasa de demostrar que mi opinión, mi postura ante la literatura, mi gusto, no coincide con lo que esa persona publicó. En cambio, si hago lo mismo sin ningún tipo de miramiento con, por poner un ejemplo, el muchacho que me acercó ayer su primer (o segundo) libro de poesía, ¿estoy seguro de estar simplemente dando mi opinión, o estoy haciendo un daño mayor?
Entre pares no me gusta criticar mucho, prefiero centrarme en lo positivo, siempre hay algo rescatable, y si me preguntan, hablar de eso positivo. La diferencia entre 5 u 8 personas más o menos en un evento de nuestro círculo, de nuestro pequeño y under ambiente, se nota. Y es mejor atraerlas que espantarlas. Total, en definitiva quien luego elige si irse o no, si volver o no, es quien concurre. Pero está bueno no clausurar la posibilidad de ese acercamiento.
Estamos en el mismo lodo, todos manoseau...
Saludos
Juanjo
8 comentarios:
Hace un tiempo en Tamarisco hablábamos de la falta de peleas en el mundillo, de cómo en los 90 se daban masa y ahora es todo así, polite. Y no es que no haya diferencias, entre Funes y Alejandría hay un abismo, un abismo y medio, dos. No sé, más que de la generación post –como pone Grillo Trubba en su prólogo- habría que hablar de la generación agarompa. O no, a veces también pienso si todo esto no tendrá que ver con que el precio de la merca, sin el 1 a 1, hizo que no pudiéramos dejar totalmente el porro y entonces todo bien, todo bien… ¡Que vuelva Carlo’!
Creo que la observación de Félix es pertinente: y así, la utopía de Tim Leary se haría realidad.
Bruzzone tiene como una obsesión con la palabra merca. No es la primera vez que la nombra en un comment.
Contenganló!
Es poco feliz la idea del doble estándar para los "soretes publicados" y los "compañeros de lucha de la autoedición". Digo, si vamos a hablar de literatura hablemos de literatura, no militemos en el nosotros-ellos: ni las editoriales comerciales ni las independientes ni las fotoduplicaciones hacen mejores o peores a los libros.
Ahí ya estamos hablando de otra cosa: los textos como excusa para una forma de reunirse, tramar y hacer tramoyas - una especie de componenda de fumados (para usar la explicación sociológica de Bruzzone) que ven cómo se apañan muituamente, y que como subproducto del apañamiento mutuo desgranan algunos textos descuidados, casi como un peaje para entrar en lo que realmente importa que es el rosqueo y la tramoya. "No me dejan entrar a la discoteca, entonces no les perdono una a los que están adentro y me junto con mis amigos en la esquina a pasar música de mierda en un pasacasette estropeado, pero palmeándonos las espaldas sin importar lo choto de los temas que cada uno elige".
Es muy divertido el argumento de "no sé qué le puede hacer mi comentario a esos pibes que sacan sus libros de poesía", como si el tipo fuera alguien y su opinión le pudiera destruir la vida a quien lo escucha. Ponete de acuerdo, flaco: o no sos nadie y apañás a todos los que tampoco son nadie o sos el patriarca de los nadies y estás en posición de destruirle la vida a la gente.
Querido Pablito-Premio-Clarín: la verdad que me cansa esto de los blogs, por eso intento mantenerme al margen. Hay que explicar o re explicar lo que uno dice, y si el otro no desea entender, o pone un poquitito de mala leche, es todo al pedo. En fin, me recuerda al chusmerío barato de las vecinas en el almacén, ese lleva y trae; o al teléfono descompuesto, para ser más benévolo con nosotros mismos. Veo que vos opinás diferente:(digo, en cuanto a los blogs) tenés tres. No somos "nosotros-ellos", en realidad, somos nadie, tanto el de Sudamericana, el del Premio Planeta o Premio Sorete, el del textito fotocopiado... somos nadie. Y nos creemos mucho. A veces también tendríamos que escribir. Saludos y ojalá nos crucemos en algún momento. Me presentaré y daré a conocer, a vos no te hace falta.
Intenté enviarte esto por mail privado, pero en tu perfil de blogger hay uno colectivo. El mío está en mi perfil, si te interesa responder te invito a hacerlo por ese medio.
Creélo o no, en lo que más estamos de acuerdo es en que todos somos nadie y nada importa. Lo dije más arriba: TODOS somos nadie, tan nadie como el de al lado. También estamos de acuerdo los dos en decir que nos molesta el chusmerío y la tramoya (para sacar una palabra de cada uno de los comentarios), sólo que para eso parecemos tener definiciones distintas.
El de las distinciones sos vos, sino desde dónde tu "Pablito Premio-Clarín": sí, Premio Clarín, y qué. Ni lo escondo ni lo hago bandera. Nadie me lo regaló, pero nadie me regaló nada tampoco por eso: en todo caso, junto con el premio venía un paquete así de grande de reacciones previsibles como la tuya.
Exijo la misma actitud de los que están alrededor: que nadie enrostre el virtuosismo o la corrupción de posiciones particulares (publicar en editoriales comerciales o independientes, por caso) si, justamente y yendo a nuestro núcleo de acuerdo, nadie es nadie. El rigor frente a un texto no es función de quién lo escribe, es el mínimo respeto que se le debe a ese texto - si no, entramos en la dimensión chusmerío, "te leo en función de quién sos".
En cuanto a tu referencia a que yo tenga o no uno, tres o quince blogs, no veo a santo de qué lo mencionás si yo no dije, aludí, referí, impliqué o invoqué el concepto "blog" en mi comentario.
Pablo, me prendo al final: no te respondo por mail privado porque si te respondí por aquí y te sentiste atacado, más vale escribir esto acá: no te conozco personalmente y no me interesa atacarte. No tenemos por qué atacarnos, y no me gusta bardear a la gente (al menos no por blog, en todo caso, es mejor hacerlo face to face). Si te respondí así, fuí porque me pareció que me atacabas. En realidad, y por estos dos post, puedo decir que me caés más bien que mal, y no me quiero explayar, pero coincido en escencia con lo que decías en tu primer comentario, solo que vos intepretaste al pie de la letra TODO lo que escribí, y así, siendo tan concreto, se hace difícil hablar. Podés escribirme a losasesinostimidos@yahoo.com.ar
Saludos
JJ
Lo lamentable no es la falta de debate, sino la falta de talento y de formación. NO SE SABE ESCRIBIR (y no es una frase hecha)
Estoy releyendo con sumo placer "Misteriosa Buenos Aires" de Manuel Mujica Lainez, No existe un solo escritor menor de 35 años que pueda escribir ni medio cuento con la categoria de los que conforman ese libro.
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