(como nadie me mandó fotos -ni Viole ni un tipo que estaba sacándose fotos de sus obras homo-posmo en el hall de Casa Brandon y que también prometió mandarme una que me sacó con Urman, lo más parecido a Urman que encontré en el google es este tipo y un par de Brando, que supo ser su alter ego en un buen relato).
Llegamos, los más adictos y groupies, bien puntuales: Gómez, Pueyrredón y yo. Saludamos a Budassi, Viole Gorodischer, Bruzzone y Vanoli, los Tamariscos, al autor Urman, a la gran Cecchi, y pedimos la primer cerveza. Al fin pude conocer Casa Brandon y, como intuía, me encantó: esa estética gay de colores pasteles, muy arregladito, muy moderno, una mezcla de Burton y Cameron Mitchell. Conversamos de la novela, de libros, Vanoli convidó de su Tom Collins (se lo vió más suelto en el escenario que la última vez) y la gente se fue sumando: Vommaro que vino por un rato porque tenía partido de fútbol, Strassburguer que estaba contento porque había encontrado el primero de Pennac a catorce pesos, Terra y Celia, Skiadaressi y pareja, Incardona, Majo Abad, Kogan Lolamaar (hablamos de su amiga-tocaya Marina), Molteno, Oyola (hablamos de El quinteto, del cierre que hacen mañana, y de la idea de yirar con la banda), amigos de Urman (hablamos de fútbol con Sebastián), Haidu y novia, Parisi y su look catalán, Glenda Vieytes, como siempre, paseó su elegancia por la sala, y justo sobre la hora, llegaron Funes, Shalom, Castelli y Erlan.
Tarde pero seguro empezó la presentación: pasaron el clip-trailer de Ravonne (alto trailer de novela: aplaudimos fuerte), después Violeta agradeció a todos por venir, habló de Tamarisco que era una organización independiente, autogestionada, y agradeció también al circuito de lecturas y de blogs por ayudar a generar todo esto. Después Vanoli contó un poco de la historia de la novela, de la genelogía de la relación con Urman y cómo surgió la idea de publicar a Ravonne, una noche, borrachos, en el colectivo 109. Entonces, dijo Vanoli, comprendí: nosotros tenemos que publicar Ravonne. Aplaudimos. Valeria Undo leyó un encuentro íntimo con Ravonne. Urman con su voz marlonbrandoniana leyó un capítulo de la novela mientras -y después- un amigo de él hizo música posmoderna interviniendo juguetes. Terminó la presentation y llegó lo mejor: el vino.
Le pregunté a Popi (novia de Vanoli) cuál de sus amigas tenía buena letra, me dijo Mana (en su colegio parece que a todas las Marianas les decían Mana) y le pedí que me escriba dos frases en la remera blanca que había traído. Terra me presentó al timido Martínez Daniell (Entropía), el gran autor de Semana, y lo felicité (bueno, ya estaba un poco borracho, dos cervezas + copa de vino, y creo que lo abracé) y, cizañero como siempre, aproveché que Shalom estaba al lado y dije a él no le gustó Semana, Daniell. Shalom trató de defenderse diciendo que no le había gustado tanto como a mí. Traté de mediar y dije que era como Urman: hay gente que lo entiende, y hay gente que no, y para descomprimir el ambiente dije ahí está Vanoli, tu fan número 1 (yo soy el 2). Comenté que Semana me parecía un pennac argentino pero, una vez más, comprendí que fuera del ámbito paszkowskiano muy poca gente lo conoce. Mana terminó de escribirme la remera e puse mi remera preparada que decía 'soy lechero deUrman' y atrás 'yo me emborraché con Urman'. Alguien me preguntó en qué sentido lechero y le dije en el sentido lácteo (y en el sentido cumbiero, claro). La gente de Tamarisco decidió ir a comer pizza a Imperio y, muchos, ya un poco borrachos por el vino y la cerveza, nos sumamos.
En la pizzeria Terra, divertido y verborrágico como siempre, me preguntó cuándo iba a dejar la adolescencia pero, rápido como Billy the kid, le tiré un ¿de qué signo sos, Terra? (esa pregunta anti-científica siempre desacomoda a los intelectuales) y dejamos atrás el tema de mi eterna post-adolescencia (mejor no hablar de ciertas cosas). Hablamos de fútbol, de Perfil, de Incardona, Terra contó que él fue quién bautizó al Quinteto de la muerte, hablamos de conformar nuestro propio grupo, terminamos la fugazzeta y nos fuimos a lo de Urman. Nos sacamos un par de fotos, terminamos el fernet, rompimos algún vaso, y la gente se fue yendo. Con Castelli, Incardona, Funes y Gómez fuimos a Carnal, donde nos encontramos al escritor Alejandro Vilas (amigo de Funes, claro, con quien se dieron un abrazo de un minuto al encontrarse en la primer barra). En Carnal no había nadie así que propusimos Niceto, enfrente. Vilas propuso Nativo, un barcito barato que estaba a la vuelta (barato porque conoce al dueño). Pero ganó Niceto, así que allí fuimos. Gente snob, parásitos sociales, un dj banana que ponía música moderna, la barra demasiado cara pero aún así tomamos algunas cervezas más y un mojito. Hablé con una chica que me dijo que era profesora de gimnasia y me contestó un par de monosílabos a mis preguntas lugarcomunescas (¿venís siempre acá? ¿cuál es tu nombre? a veces parezco un teletubbie), Castelli casi se pelea con un pibe que tenía un pasamontañas en la cara (hice mi buena acción del día, o de la noche) y me lo llevé a mi amigo para la otra punta de la pista (además el otro era bastante más alto), miramos un poco más la pista y nos fuimos, hablamos de trabajos y de mujeres, de que uno de los problemas es que uno siempre quiere un poco más (como de las presentaciones), me dejó cerca de mi casa (cada vez tengo una mayor deuda con este amigo), me leí un par de capítulos de Ravonne y me dormí.
3 comentarios:
Muy bueno el intercambio con Terranova
Y por favor guardá la remera esa
por favor, comercializa esa remera!
quiero una!
line el template !!! la fuente es muy clara!!!
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