Neurosis digital o autismo positivista

sábado, 16 de enero de 2010

Esto es una guerra: notas acerca del tabaco Nº 157


“La adicción y la abstinencia son una pedagogía del cuerpo”
(Vicente Verdú, Días sin fumar).

Algo muy bueno de dejar el tabaco es que es como comenzar un juego, una apuesta contra vos mismo, un reality urbano, un videogame de estrategia o guerra, un condimento picante entre tanta cotidianidad repetida. En el juego vale todo. Comida, dormir, marihuana. Tenés licencia para casi todo lo que no implica herir a otro. Sos vos contra el tabaco. La única regla es tratar de fumar lo menos posible (como máximo un diez por ciento de lo que fumabas). El juego dura tres meses. Y es a todo o nada. La batalla contra el tabaco en la agenda política de tu organismo tiene prioridad. No se puede combatir todo al mismo tiempo.

Dejar sobrio cuando fumás menos de 15 por día es fácil. Casi no lo sentís. De día, todo bien. El problema es el alcohol, te querés cortar un brazo. Pero bueno, existe la menta, siempre hay más alcohol, las drogas blandas, y se permiten licencias. Una recaída no es nada trágico. El juego -la batalla- continúa. El miércoles me voy a Brasil. Un amigo dejó como yo alrededor de Navidad y el otro 'está fumando menos'. El otro es carismático. Y Brasil también, dicen. Será una dura pelea, nivel dos, el monstruo es un poco más resistente y seductor.

Pensemos cosas positivas. Como que fumar 500 cigarrillos por mes (lo que fumaba yo) es más o menos como tragarte una pastilla de veneno para ratas por mes (en 500 pequeñas dosis). La rata fumadora sos vos. Es como en Osmosis Jones, la batalla pasa en tu interior. Querida, dejé el tabaco. Querida, encogí mis posibilidades de tener cáncer. Querida, aumenté mi calidad de vida. Los receptores de nicotina en tu organismo se activan cada cierto tiempo (ante cada estímulo, ante cada hora que pasás sin darles su dulce veneno) y el lado bueno se mantiene estoico. Es como Star Wars pero en tu cuerpo. Vos sos Han Solo y el tabaco es Darth Vader. No te dejes llevar por las fuerzas oscuras, Han. Otra cosa interesante de dejar es que el cuerpo empieza a generar anticuerpos y dejan de gustarte las mujeres que fuman (o al menos te atraen muchísimo menos). Quizás te atraen visualmente pero el cuerpo te enciende una alarma y una vocecita susurrante te dice: no, quedate piola, es fumadora, no es para vos, es autodestructiva, enferma, adicta, se comió el verso del marketing de las tabacaleras, probablemente muera más joven y se enferme muchísimo más seguido, no, dejá, no es para vos. Antes el tabaco era tan pero tan seductor. Tan sexy en ellas. Casi como los libros. Objetos en decadencia tal vez. Pero ahora no. Ahora el tabaco es el enemigo -es un pensamiento algo american, ok- y no se puede dejar resquicios, esto es una guerra y estás de este lado o estás del otro. No country for weak people. Esa pastilla de veneno para ratas -comparten varias sustancias, la analogía no es tan arbitraria- que ingerís mes a mes, no te mata (te mataría, o al menos te dejaría internado, en una sola dosis, pero en quinientas no) pero te va debilitando, te tala poco a poco, mes a mes, cigarrillo a cigarrillo, pedacito a pedacito de pastilla de veneno para ratas. El tabaco en nuestra ciudad tan cosmopolita es una pandemia como el psicoanálisis. Salvo en Argentina, en el resto del mundo casi nadie los consume y en general se enferman menos y son más felices. Psicoanálisis y tabaco en Ciudad de Buenos Aires: + de 50%. Resto del mundo: - de 5%. No sé, vos velo.

Summer reloaded

Hace unos veranos, en una quinta en Torcuato escribí esto:


en línea

che, decime la verdad? Estoy gorda?

dale, en serio
mirame, no te rías
estoy hecha una vaca
por eso podés contarme las costillas

así no voy a cogerme a nadie

pero no importa
por suerte el doctor me pasó una dieta fa-bu-lo-sa
hilo, aguja, y todas las temporadas de bulimic housekeepers
y alarma en la heladera
ah, y agua oxigenada
para que no se me infecte la boca


Supernova


Chicas en musculosa
bikinis sin grasa
anfibios que vomitan mojarritas
y cuerpos sin azúcar

trabajadores automatizados
camisetas negras

esperar al fin de semana para vivir un poco
tomar aire en la superficie

un asado en una quinta del conurbano
o alguna fiesta en un jardín oculto

babilonia en medio del infierno

palparme el bolsillo
y pensar qué me puedo comprar

tocarme el cuerpo flácido en el espejo
pensando a quién me puedo coger

cuánto me da por estas pantorrillas de turista senior de gesell?

masturbarse pensando en bólidos
confundir deseo con novedad
y hastío con necesidad

siempre fui menos de lo que pude ser
pero no nunca pude ser demasiado

la promesa del ácido
alguna revelación en una casa de don torcuato

activar el gen oculto
volverse un mandril
y apagar la neurosis



la ciudad como un laberinto de duelistas
donde todos desesperan
con cara de piedra
a que el otro presione redial

hacer asados en mi patio
una orgía con mesa de ping pong y vino patero
achuras no hay
cosas en común tampoco
pero no importa
tus padres van a morir de cáncer
y aburrimiento
igual que los míos