Es sábado y va a venir Ulises a tomar unas cervezas, así que arreglo mi habitación, o despejo el escritorio, consigo sillas, un cenicero, dos vasos y el equipo de música. Llega mi amigo y nos encerramos en mi cuarto, con las cervezas y un disco de Ramones. Al rato llama Arturo y Ulises lo invita. Me emociono: voy a estar con los dos creadores del realismo visceralista tomando cerveza en mi habitación. Lima y Belano hablan de mujeres, de poesía, de borracheras. Salimos a las calles frías y conseguimos más cerveza y una petaca de ginebra. Hablamos de dinosaurios y de este juego autista al que la gente se dedica en sus ratos libres llamando literatura. Ellos hablan de sus proyectos y sus viajes y yo los escucho orgulloso, porque son dos amigos además de grandes artistas que hoy se emborrachan conmigo. ¿Por qué serán tan buenos? ¿Talento, dedicación, azar? Un poco de todo, supongo. Nos imagino en veinte años: todos más gordos y pelados pero ellos rechazando invitaciones de congresos europeos y colombianos y yo todavía escribiendo mis tristes crónicas. Subimos a un taxi para ir a una fiesta en las afueras del DF. Voy adelante y veo por el espejo retrovisor como Arturo toma de la petaca y Ulises enciende cigarrillos. Llegamos pero es demasiado tarde, la fiesta terminó y el anfitrión está lavando los platos. Hay un artista paraguayo que escribe bien, se parece a Nietzche y nos convida cerveza. Al rato con Arturo parecen viejos amigos.
El anfitrión es hospitalario pero está cansado, termina de lavar los platos, conversamos de su festival de poesía, digo que podría invitarnos, él dice que puede ser, y nos vamos. Le regalamos el primer número de una revista que solía hacer Arturo. Volvemos en otro taxi. Arturo termina su petaca, le da un beso para bendecirla y la arroja por la ventanilla. Voy otra vez adelante conversando con el taxista del frío y las calles. Me dejan cerca de casa y siguen camino. Cuando están por doblar la esquina Ulises saca la cabeza por la ventanilla y grita ¡abajo los viejos fuentesianos, vivan los real-visceralistas! Mi habitación parece vacía. Leo algunos capítulos de Ravonne, pongo Oktubre y sueño que le hago el amor a un drácula con tacones.
3 comentarios:
puede ser. igual me diluyeron el cansancio en dos minutos. lamenté que no llegarán más temprano o que la fiesta no terminara más tarde. lamenté advertirles ya en la puerta que era tarde cuando me percaté de la óptima frecuencia que traían. lamenté estar un poco fisurado como para incrementarla. lamenté yo también no ser un poco más mexicano.
Pero al final soy un conchudo que no se lamenta de nada.
La revista me la tragué.
Buena la suya.
Bonapeti.
Rodriguez (el falso anfitrión)
Grosso el guiso de staff, contundente.
Y te faltó decir tu nombre: garcía madero.
igual fue una gran noche: tampoco había muchas pilas más.
bien, garcía madero, sí, buen personaje, un toque puto si no recuerdo mal, pero copado.
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