Neurosis digital o autismo positivista

jueves, 20 de octubre de 2011

wachiturros comments



•. Mi Facebook : facu ( Agreguen Estoy Aceptando A Todos ) ♥


Soos Re Bonitaa Pibaa No Lee Agas Casass Aloss Gordo ... Vicios Dee Internett ;) Heii Juaan Facebook ....

MegaDyl hace 1 semana
Responder
Nosee pero los pendejos que ablando de las casas de los demas no pueden a ablar porque se tiran los chicos plata anti cumbieros y son tremendo pobres.... lo unico que tiene caro en la casa en la compu ....y tampoco me KB Que insulten a un pive por el acpedto de su casa y de eya son tremendos putos Locos .... En Vedee decirle que bonita que sos le manda que es una negra de mierda son altos negro ascos .... Amigaa Sos ree Bonita Noo Tee DEJAS CORRER POR COMENTARIOS DE GORDOS DE INTERNET ...... ;)

MegaDyl hace 1 semana
ss HERMOZA VERDUGA AGREGAME AL MIO ES : EL IVAN G

miércoles, 19 de octubre de 2011

Cuevana vs Netflix (& indie vs mumblecore)



Ok. Soy de los idiotas que tuvo 'problemas de conexión' (mental, para recordar contraseñas) y va a pagar al menos un mes de Netflix, esos chicos republicanos que te daban un mes gratis para probar eso que funciona tan bien allá y tan mal acá.

Porque todos sabemos que Netflix es claramente inferior a Cuevana (empezando por su calidad, gratuidad, variedad y sistema de puntuación). Casi todo, nowadays, dirían los tranochados del audiovisual online, es inferior a Cuevana. Es como si te hubiesen dado un pase vitalicio y gratuito en todos los videoclubs de la ciudad, los copados y los otros. Y con delivery incluido. Y no hay que dejar propinas. ¿Y por qué? No sé, será el espíritu indie.

Pero sin embargo, Netflix tiene, entre su poca variedad y su olor a naftalina de vhs de pelis baratas de los ochentas, entre todo eso tiene, en su versión argenta (la otra no la tenemos), algunas pelis indies, bué, indies son demasiadas películas (todo lo que no firma fox, disney, touchstone y universal, podríamos decir). pero de algún modo, entre todo ese cine que tiraron a la basura en los videoclubs, netflixs tiene algunas pelis contemporáneas de eso que allá en el norte llaman mumblecore. Tiny features, de Leda Durnham, y Sorry, thanks, de Dia Sokol (con el padrino del mumblecore, Andrew Bujalski), son dos pelis interesantes entre tanto ruido homogeneo del hegemónico, puntilloso y estilizado estilo indie de HBO. Películas chiquitas, cuidadas pero desprolijas, poco pretenciosas, honestas. En algún lugar entre Solondz, Van Sant y Reichardt, o entre Casavettes y Rejtman, surge este grupo de posadolescentes californianos, portlandianos o niuyorkinos, con afinidades electivas con los becarios y los rentistas sensibles de Palermo, Almagro, Villa Crespo, Boedo, Paternal y Congreso.
Y además, Netflix tiene algunas joyitas retro como The Dead Zone, de míster Cronemberg, basada en libro de S. King.
Ok, no creo que resista más de un mes en Netflix. Pero la experiencia valió la pena. El indie aún puede salvarse. Muerte a Kevin Smith, ese idiota misógino y aburrido. Y a las series de college wasp. Y larga vida al mumblecore.
Have a nice weekend.

miércoles, 27 de julio de 2011

Los tres magníficos: Lynch, Von Trier y Haneke

¿Aburrido de streamear siempre lo mismo? Probá con el norteamericano Lynch, el danés Von Trier y el austríaco Haneke, tal vez los tres cineastas más intereses de la escena contemporánea.



Con un ritmo lento pero parejo, sin bajar la calidad en casi ninguna película, estos tres realizadores probablemente sean de lo más interesante que podemos encontrar en la cinematografía actual.



¿No sabés qué películas tienen ni cuáles son mejores? Googleá o wikipedeá, que no te vas a herniar, Pipo. Y saludos a la banda del wi fi.

Cold Fish: Sono is back



Suicide Club, Noriko's Dream, Strage Circus y ahora, gracias a nuestra página amiga de streaming, Cold Fish. Sono Sion se renueva en cada película.



Si bien siempre con la obsesión asiática de la colegiala adolescente que esconde maldad e inocencia en dosis iguales en su mirada, en esta película nos metemos de lleno en un thriller realista que sucede en algunos pocos días. Un tipo con un pequeño negocio suburbano de peces conoce a comerciante con un gran negocio de peces. Parece una metáfora del capitalismo salvaje. Pero además es otras cosas. Y divertida, algo de lo que a veces se olvidan los europeos y los sudamericanos, tan latinos todos. Por eso esta es otra sólida peli del nipón. La vimos con Funes, Gómez y Coelho en el Bafici. Sólo teníamos 3 entradas pero a través de una de mis tácticas de cinéfilo lumpen logré que pasáramos todos. Llevé helado y cerveza. En la pantalla Sion hizo su juego de siempre: sangre, sadismo, imágenes-síntesis del capitalismo contemporáneo, mucho humor, climas oníricos, infidelidad, incesto y mucha acción. Del mismo modo que la peposa Gozu es un homenaje explícito de Takashi Miike al cine de Lynch, la volada Cold Fish es una especie de homenaje nipón al Fargo de los hermanos Coen. Maravilloso, as usual.

domingo, 24 de julio de 2011

La onda no es el olor a cigarrillo

Vuelvo a casa de cumpleaños de amigo. Otra vez toda la ropa con olor a cigarrillo. Algunos familiares y amigos dejan y otros vuelven al tabaco. Pasa con la cocaína, el stress y las grasas, pasa con el tabaco. Todas drogas duras. Las preocupaciones cotidianas acercan el fantasma del tabaco. La angustia necesita bastones. Pero hay que establecer prioridades. Tu salud y calidad de vida, o dejarte dominar por una droga dura y miserable que todavía sigue siendo legal en ciertas fiestas de la Ciudad.

jueves, 30 de junio de 2011

Boardwalk Empire



Lo nuevo de los muchachos de los Soprano. ¿Dónde? Pedilo a tu video-dealer amigo.
Mr. Cuevana.

miércoles, 29 de junio de 2011

domingo, 26 de junio de 2011

Llegó la B + Unmade beds




5 pm. River se fue.

¿Qué aprendimos? Equipo y dirigencia poco generosos + errores groseros + pésimo gerenciamiento = DESCENSO de un equipo histórico de la A (segundo ¿ex? 'grande').

Para pasar este domingo más gris que de costumbre en Nuñez, una buena peli baficiana/i-satiana: triste, huérfana e indie, como el nacional B: Unmade Beds, del argentino Alexis Dos Santos.


A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.

El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones del bordón
a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.
¡Y el toro, solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde,
cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en punto de la tarde.

Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!

viernes, 10 de junio de 2011

Jotita recomienda...


Mientras empiezo a sentir los estertores de la abstinencia internética y le prendemos una vela al Newell's de Schiavi para que le saque puntos al aguerrido Olimpo (edípico equipo por el origen de mi familia materna), te dejo un link a la mejor peli del bafici 2011 (y una de las más divertidas del planet, of course). ¿De qué lado estás, muñeco, de los caretas y laicos franceses o del cine: FUBAR: Gods of blunder?

martes, 31 de mayo de 2011

miércoles, 11 de mayo de 2011

Contra el cinismo posmoderno de los intelectuales narcisistas (tan funcionales a la derecha privatizadora de la educación y la investigación públicas)



Respuesta de Jóvenes científicos precarizados, colectivo de becarios de Ciencias sociales y Humanidades en Argentina, a la publicación de Nicolás Hochman publicada en la Revista Eñe en la edición del 30 de abril titulada “El síndrome del ñoquismo”

Como becarios e investigadores del área de ciencias sociales y humanísticas, escribimos esta carta para reflexionar sobre las afirmaciones que se expresan en la publicación de referencia en relación con el trabajo del becario de investigación. Consideramos que definir el trabajo del becario como la de un “ñoqui intelectual” o como una polilla (que junta papelitos y firmas de entes o individuos un poco borrosos) es restarle seriedad a su trabajo y describir la labor de un conjunto de
personas e instituciones de forma injusta e imprecisa porque se los escinde de sus trayectorias históricas particulares e institucionales. En el primer caso, las que llevan a una persona a formar parte de un equipo de investigación y postularse para continuar su formación de grado. En el segundo caso, las trayectorias históricas a través de las cuales se organizó el sistema de becarios, con el objetivo de
formar investigadores, en las instituciones donde se produce ciencia en este país.
Además, y considerando que el autor de la nota es un becario que conoce desde dentro las situaciones de precariedad laboral y los criterios con los que se mide nuestra producción (puede consultarse más información en www.precarizados.com.ar ), nos llama la atención la falta de reflexión con respecto a su propia situación y la atribución de culpas y responsabilidades a individuos(los becarios) de los problemas estructurales que forman parte de nuestra realidad cotidiana. Queremos aclarar algunos argumentos esgrimidos por el autor que consideramos erróneos y que no son generalizables a la experiencia de la mayoría de los becarios del área de ciencias sociales y
humanas:

1. Las ciencias sociales no son ciencias

Antes que afirmar su inexistencia sería más adecuado preguntarse si existe una categoría única para clasificar a disciplinas como la Historia, la Antropología, las Ciencias Políticas, la Economía, o la Psicología, por mencionar sólo algunas disciplinas que suelen ubicarse bajo el impreciso nombre de Ciencias Sociales. Decir que las Ciencias Sociales no son ciencias es desconocer la innumerable cantidad de trabajos metodológicos y epistemológicos realizados para entender, validar y justificar el conocimiento producido desde estas disciplinas.

2. Ganar una beca consiste en hacer “una cruzada burocrática”

Los procedimientos burocráticos de acreditación, evaluación y categorización, son parte del entramado estatal de las instituciones científicas y educativas por lo que no pueden considerarse un problema específico de los becarios de ciencias sociales y humanidades. En el ámbito educativo, por ejemplo, los docentes deben inscribirse para dar clases en la escuela pública, reactualizar todos los años su currículo y realizar cursos de acuerdo a las reglas del ministerio provincial al que pertenezcan. A su vez son evaluados por cuadernos de actuación y Juntas que exigen cumplir con distintos procedimientos con el fin de construir categorías, involucrando su tiempo y recursos. Entre otras cosas, para postularnos a una beca de formación de postgrado pasamos previamente varios años dentro de la academia para cumplir una formación de grado. Durante esta formación, se aprenden los puntos básicos de lo que significa investigar y como hacerlo y se discuten los contenidos básicos de cada campo disciplinario. Estos aprendizajes son un punto de partida, y no de llegada, para aquellos que se quieran dedicar a la investigación. La formación de postgrado implica una especialización actualizada a través de la asistencia a seminarios y la discusión de problemáticas concretas que se desarrollan en un tema de investigación (cuyo resultado final es la tesis, y los resultados parciales deberían ser los artículos presentados en distintos espacios). El sistema de Becas de posgrado brinda condiciones materiales (no suficientes y precarizadas) para que esa formación se pueda realizar. Así, nuestra formación y tarea de investigación está regida por un “contrato de beca”, de duración previamente estipulada, el cual cuenta con un mecanismo de control de gestión, y en el que se establecen deberes, derechos y responsabilidades. Por lo tanto, la afirmación según la cual nadie , la afirmación según la cual nadie sabe muy bien que es investigar, realizada por Hochman, resulta incorrecta y a todas luces falsa. Por otra parte, para postularse a una beca también es necesario pertenecer a un equipo de investigación. En muchos casos (posiblemente la mayoría), estos equipos no son “fantasmas” y suelen desarrollar diversas líneas de investigación entre las cuales suele incluirse actividades para la transferencia/socialización del conocimiento. En muchas ocasiones, la falta de macro políticas coherentes lleva a que la subsistencia y continuidad de los equipos de investigación, así como las relaciones entre el ámbito académico y las comunidades quede librada a la capacidad y voluntad que tenga cada equipo (sustentado por el esfuerzo individual de los miembros) de llevar adelante estrategias de intercambio y generación de redes con instituciones de otros ámbitos. Con respecto al empleo del tiempo y los espacios de trabajo, vale decir que no cumplir un horario fijo no significa que no se trabaje. Muchas veces, los investigadores y becarios de ciencias sociales trabajamos tiempo extra y nos movemos de un lugar a otro asumiendo los costos de esa movilidad, ya sea para realizar trabajo de campo, para adquirir recursos, para responder a las demandas locales, participar en una charla, organizar talleres con docentes, u otro tipo de actividades. Por otra parte, que las oficinas y laboratorios sean insuficientes, y estén desprovistas del material adecuado no es algo que nos beneficia sino que es un problema fundamental que hace a nuestra precarización. A lo largo del país, existen distintas realidades en cuanto a las condiciones de los lugares de trabajo donde se desarrolla la investigación, que van desde condiciones sumamente precarias a la existencia de campus bien provistos. En todo caso, en lugar de aceptar con culpa una supuesta condición, sería más adecuada la búsqueda o la gestión de recursos para que los espacios y los recursos existan. Por último,debería mencionarse que el trabajo del investigador (formado o en formación) no debería medirse enhoras sino en producción. Qué se considera producción es seguramente objeto de debate aunque sin duda no es refritar una y otra vez papeles mil veces escritos.

3. Los temas que se abordan no le interesan a nadie

Los problemas sobre los que trabajan los becarios no necesariamente son irrelevantes. La relevancia de la investigación en términos de su transferencia a la población general resulta discutible. La investigación científica puede ser básica, aplicada, o tecnológica. Una parte importante de la investigación científica no tiene impacto directo en la sociedad y es importante que así sea. Por otra parte, los problemas de investigación no responden sólo a intereses individuales. Surgen de itinerarios y heurísticas asociados a grupos de investigadores de universidades argentinas con tradición en las áreas correspondientes. Por este motivo se investiga junto a directores y codirectores, en la mayoría de sus casos doctorados. Entonces, muchas veces los temas de investigación no surgen del capricho de los becarios sino de la existencia de alguna tradición o de proyectos de investigadores que a la vez fueron evaluados (y lo serán a futuro), en distintas instancias, por otros investigadores de carrera de CONICET u otros organismos oficiales a los que pertenezcan y que también forman parte del sistema científico argentino (CNEA, INTA, AGENCIA, Universidades y otros). Podría discutirse largamente como se definen esas líneas de investigación, y eso derivaría en el cuestionamiento a los proyectos de los becarios. Seguramente habrá temas cuyo “impacto” social no sea medible a corto plazo o mediano plazo. Obviamente la cuestión no es fácil de resolver, entonces debería darse una discusión más profunda y menos banal sobre el rol de la investigación en ciencias sociales y humanas (y posiblemente de todas las ciencias).   

4. Sobre el rol del intelectual

Al respecto el autor se contradice bastante. Primero afirma que no hay un rol para el intelectual (noción que no define) como si la habría para otras categorías de sujeto como las de profesor, presidente y obrero. Consideramos que el problema de la noción de rol es independiente de su contenido. Los roles refieren a lo que debería ser, remiten a una funcionalidad, en este caso de los sujetos dentro de una sociedad, implica una determinación a priori de los sujetos. Un sujeto, en distintos momentos y lugares, puede constituirse de diferente manera. Nos encontramos inmersos en una trama de relaciones históricas y contextuales, y nuestras posiciones son constantemente renegociadas a partir de esas relaciones. El concepto de rol cierra la posibilidad de considerar esta complejidad en cada sujeto. Por esto mismo acordamos con el autor en que no es posible rotular ni definir una función para el intelectual pero por las mismas razones, tampoco es posible hacerlo para otras categorías de sujeto como la de obrero, presidente o profesor. En este sentido, pensar en los becarios o cientistas sociales como una elite a ser educada en escuelas especiales dista mucho de pensarlos como trabajadores de un campo en particular, tan trabajadores como cualquier otro. La cuestión de la escuela de intelectuales la tomamos como mera anécdota de trasnochados sujetos residuales. Una escuela para implica una concepción discriminatoria. En sentido contrario, es preferible construir una escuela donde quepan todos, como dice un reconocido pedagogo, porque no proponer una escuela donde haya obreros, presidentes, profesores, sordos, ciegos y homosexuales. Tal vez, porque todavía la escuela pública argentina puede adscribirse ese triunfo pese a las acechanzas neoliberales y las trasnoches posmodernas. Finalmente, quisiéramos decir que la culpabilización del becario, que parece desprenderse de la nota de Hochman, es similar a la culpabilización que se escucha en el marco de los conflictos docentes. Los docentes son los males de toda la educación, no leen, no escriben, no dan clases creativas, no tienen vocación. Una caterva de acusaciones que lee de un modo sesgado, acotado y determinista el problema de la educación pública en Argentina. Una para nada quimérica forma de pensar que en este caso, devendría como una culpa sobre los becarios de ciencias sociales y humanas (que no de otras ciencias) que no logran hacer que sus investigaciones contribuyan o impacten sobre el bienestar del pueblo argentino.

10 de mayo del 2011

lunes, 9 de mayo de 2011

Ese viejo gesto de dejar comments



Me encontré Misoginia latina debajo de una parrila en una casa en Colonia que me prestó una amigo. Parecía que estaba para prender el fuego, al tenerlo en mis manos vi al Puma Rodríguez con dos basquetbolistas y me llamó la atención la edición casera. Soy estudiante de sociologia y en el 2001 hice un viaje muy parecido. Lo leí en dos días y me sentí reflejado en varios aspectos.
Saludos,
Juan
Pd: Le pregunté al dueño de casa si sabía algo de como llegó el libro y no supo responderme.

Más allá de twitter: adicciones 2.0



Un amigo me dice que a su padre le hicieron un stent, que ya no puede fumar y tiene que salir a caminar, cuidarse en las comidas y 'tener pocas emociones'. Es sintomático como asociamos las emociones al tabaco, la cocaína, las bebidas blancas, las redes sociales, el sexo con colegialas o estrellas porno y las comidas hipercalóricas, como si el resto -las experiencias más alejadas del marketing como tomar agua, salir a caminar y coger con tu novia- fuesen grises para ancianos. Como si lo otro (tomar cocaína mientras twitteás desde el box de un baño vomitado y buscás alguien con quien tener sexo seguro pero no tanto) fuese tan emocionante. Hacerlo una vez es emocionante, hacerlo durante toda la década de los veinte y los treinta se debe parecer al purgatorio de los autistas que hacen un arte cool del grado cero de la emoción (nada mejor como las pantallas para diferir por siempre la emoción).

Por su parte, el tabaco sigue haciendo su trabajo silencioso: "En la actualidad el tabaquismo es la principal causa de muerte prevenible en el mundo porque puede provocar cáncer (de pulmón, riñones páncreas y vejiga), EPOC y enfermedades cardiovasculares."

Y la coca es un gusano que se metió alguna vez en tu cerebro y cada tanto se despierta. Un troyano en estado latente listo para clavarte los colmillos en los nódulos linfáticos. Después de alguna socialización entre pares, uno le dice a otro si podés traeme para después un poco de ayudín. Recuerdo los momentos de adrenalina líquida y estoy tentado en sumarme al proyecto, al armado K, pero después recuerdo la resaca, la jaqueca, el insomnio, el cuerpo exhausto todo el día después y por suerte me quedo en el molde y no les twitteo nada.

Porque la merca es como el tabaco y twitter y FB y la tele: son inventos y consumos geniales, el problema para una parte importante de la humanidad (entre la que me encuentro) es la dificultad para hacer un uso medido de estos muchachos. Consumir una o dos líneas por día, un vasito de tinto en la cena, una o dos secas, dos cigarrillos dailies, cuatro twits, cinco comentarios en muros y veinte minutos de g-talk. Pero el que no tenga personalidad adictiva que arroje el primer follower, compañeros. Porque las redes sociales también hacen su trabajo silencioso.

Hace unos meses, un sábado a la noche que había un concurso de twits y mis amigos hiperconectados de la banda ancha estaban frente a la compu mientras otros hacían asados o tragos, dejé twitter. Las primeras semanas sentí el una vez más el latigazo de la abstinencia. Recordaba el cuerpo de mi twitter, tomaba conciencia de que lo había dejado morir y sentía una infinita tristeza. Pero empecé a leer libros otra vez. Y ahora, podría sonar un poco retro para algunos, pero leo varios a la vez, como en los old times del siglo XX.

A un amigo que solía escribir mucho más que 140 caracteres y era una de las esperanzas blancas de la literatura le comento que hice un post en mi blog y me dice: '¡pero no lo viralizaste!' Y no, si no tengo Facebook ni Twitter, ¿querés que lo viralice por Linkedin? No, ahora estoy en el camino vintage del tao analógico. Como los ex adictos recuperados del paco, ahora ya no robo (libros o quesos) sino que los compro (usados o en ofera).

El fin de semana estuve en otro asado donde mis amigos mediáticos e intelectuales no paraban de mirar y escribir en sus smartphones. Venían de estar toda la semana encerrados en sus casas y twitteando, se juntan con sus amigos de twitter a comer un asado y qué hacen (los más adictos): siguen twitteando al vacío! Chicos sanos, que hace un año no sabían que era el porro y ahora...
cuerpos sin vida, miradas perdidas en mini pantallas, ojeras, palidez extrema, sobrepeso, tabaquismo, bruxismo, insomnio, parkinson, trastornos de la atención, todo por el flagelo de twitter...

Con las drogas duras no se jode, che. No caigamos todo el tiempo en las trampas del consumo. Está bueno que sean 12 gigas de espacio los de gmail pero para qué necesitamos chequear treinta veces por día que esos gigas siguen existiendo en tu solitaria casilla de mail. Dicen que lo más importante que hizo el gobierno fue que los sectores populares puedan comprar sus plasmas en Frávega. Me encantan las 50 o 12 cuotas sin interés, ¿pero de verdad necesito esa cafetera express o ese cuchillo eléctrico para dejar la cocaína o esos chicles de nicotina para dejar de fumara? La historia se repite: los europeos y norteamericanos hicieron el efectivo marketing del alcohol, los shoppings y el tabaco (como se ve en la vedette de las series, Mad Men) y nosotros los 'indios' de la periferia nos volvimos los principales consumidores. Y aguante Coto, Frávega, Garbarino, Malboro, Sprayette y los choripanes gratis y el lomo en cuotas.

Será un poco paranoico pero creo que hay que desconfiar de todo lo que te da demasiado sin pedirte nada a cambio: la tele, Movistar, el programa de Fantino, Personal, Feinmann, Claro, Speedy, Barone, Arnet, Facebook, las bicisendas, los bancos y las tarjetas de crédito, TN, Frávega, THC, 6-7-8, Google, Cuevana, el tabaco, la coca y twitter.

Tal vez el gobierno sea como Google, gmail y Twitter. Ok, el mundo es mucho mejor gracias a ellos y el resto de los navegadores, servicios de mail, opciones políticas y redes sociales son una mierda, pero no por eso voy a tatuarme una K en el pecho o la ballenita de twitter en la cola.

Le paso el texto a mi amigo hiper-lucido a favor de la viralización y me dice que leer libros está bien y twitter también, y que el modo de regular los consumos no puede ser por medio de la represión. Bueno, él escribe para las masas de jóvenes sobrealfabetizados de clase media, yo escribo para tratar de influir sobre mis amigos y conocidos ciberadictos, con la esperanza de salvar al menos un alma del rebaño. Ponele. En realidad escribo estas misivas para mí, siento que es como un mantra que me aleja de mis consumos maníacos. También es la estrategia leffortiana-laclausiana: construcción del enemigo y polarización. O estás con nosotros o no. O Cristina o el caretaje esquizo y tosco de la derecha o el alunizado troskismo idealista-adolescente. La merca es como twitter y el embarazo y el peronismo. O estás o no estás. Cuando estás adentro te sentís en el centro mismo del mundo, pero cuando el efecto baja te sentís el peor paria, un cabecita negra que no consigue ni dos mangos para pagarse la popu del domingo.

Por eso, una vez más, contra la alienación digital, las drogas duras y el neo-setentismo blogger que cree que una revolución social es algo que se puede viralizar en una ventana del Chrome/Firefox/Explorer/Safari mientras en la otra se ve porno y en otra se chatea: ni olvido ni perdón, compañeros.

miércoles, 27 de abril de 2011

Tabaco, twitter y abstinencia



Hace unos días fuimos a The Oldest. Lindo bar, cerveza tirada. Pero en un momento mi novia fue al baño y me quedé solo, en esa gran pecera que es la parte de fumadores (que es casi todo el bar fuera de la barra y la entrada) y me sentí un poco estafado en esa salón londinense donde en todas las mesas se agitaban las manos para encender o apagar cigarrillos. Pitada, cerveza, pitada, aburrimiento o abstinencia o no sé qué pero no me gusta. Cerveza, pitada, cerveza, pitada. Maní. Comment. Pitada. Chequeo de celular. Cerveza. Pitada. Etcétera. La cuenta. Una espiral maníaca bastante insana para el humano y en especial para los no fumadores (en general adictos a otras cosas pero no a la cocaína, al alcohol y al tabaco, los tres venenos blancos; pero no nos olvidemos de los tres venenos blancos según los nutricionistas: el azúcar, la sal y la harina).

Cada tanto le agarra alguna pequeña crisis al ex fumador y siente por unos minutos unas irrefrenables ganas de fumar, pero por suerte se mantiene estoico, como máximo sublima su momento de debilidad con un big mac o alfajor y todo pasa. Pero ahora la abstinencia también es de redes sociales. Primero fue Facebook, después el tabaco y ahora twitter. Dejar el tabaco o FB o twitter es como que se muera tu perro o cortar con tu novia o que un amigo al que tenías gratis en el celular se vaya a vivir a otro continente. Pensás que es un buen momento para sacar a pasear a tu perro, o para salir con tu novia, o para conversar con tu amigo, recordás que esa acción es imposible y sentís un momento de tristeza. Pero después recordás por qué cortaron con tu novia o con FB o con twitter y te sentís mejor. No nos unía el amor o la amistad sino el miedo a la soledad y al silencio. Hace unos días recordaba cuando pasaba varios días por semana frente a la computadora, desde que me levantaba hasta que me acostaba (con algunas paradas técnicas en el baño y en la cocina).

Ahora la vida sigue estando llena de problemas y preocupaciones pero ya no creemos que no podremos soportarlo sin un encendedor y esos cilindros blancos y marrones con veneno para ratas. Ahora es todo igual pero con algunos problemas -molestias, gastos y dolores- menos. Y no toser, qué lindo. Ya no robamos secas en fiestas o en reuniones con fumadores ni fumamos a escondidas de nuestras parejas ni somos evangelistas anti tabaco. Cada tanto nos atragantamos con algo (a veces puede ser un hueso de pollo o un pedazo demasiado grande de tomate pero en general es saliva)y recuerdo esa larga década infame de tabaco, mocos y tos (¿querés agrandar tu combo por cinco cigarrillos por día a migraña, tumor y asma?). Adivinen cuál es la población etárea donde el consumo de redes sociales y tabaco es más alto. La adolescencia -esa época donde podías fumar y chatear todo el día porque igual ibas a vivir para siempre- para algunos se extiende y para otros parece terminar (la paternidad, los trabajos de oficina, las expensas, las hipotecas, la muerte de tu mascota, quién sabe). O tal vez ese túnel que hay entre la adolescencia y la adultez ahora nos dé menos miedo. Ahora vamos a preparar café y olvidar las hiteras redes sociales. Porque esas cosas que parecían tan necesarias para acompañar un café (un cigarrillo, un twit, chequear mi perfil de Face, cuatro cucharadas de azúcar) por suerte ya no lo son. Tal vez tenga que ver con el delay de la adultez en los jóvenes de sectores medios y altos. Dame un refill de drogas y banda ancha hasta los treinta. O hasta los treinta y cinco. O hasta los cuarenta. En el colegio secundario o en el CBC debería haber una materia que se llame Management del tiempo y el deseo. Nos hubiese venido bien a varios. Algunas leyes públicas y personales se procesan con delay pero llegan.