Rivera en Alejandría: la solidez del maestro

Primero leen tres jóvenes escritores que no nos gustan, leen bien pero los textos, al menos para mi gusto, pretenciosos y faltos de humor. Burzi, The Host, conduce del evento (muy buenas ideas e intenciones, no excesivo carisma, pero bueno, siempre es mejor parecerse más a Filmus que a Macri) y después llega el gran Rivera, que empieza a leer el cuento homónimo de su último libro (Por la espalda) un poco duro, viejito y lento, pero a la tercera página entra en ritmo y es sólido, el viejo da una pequeña clase de literatura y demuestra con sus (ochenta años?) por qué es el -o uno de los- mejor(es) escritor(es) argento(s) vivo(s). Le preguntan de Borges y dice que con él empezó aprender a escribir, que si lees "la unánime noche", por ejemplo, y no aprendés nada, dedicate a otra cosa, después cuenta una entrevista con Borges, lo imita (risas), Prats pone cara de periodista serio y le pregunta qué opina de la nueva generación, dice que son ignorantes y que les falta trabajo (tenemos la esperanza de que haya opinado sobre la que había escuchado un rato antes), Prats repregunta: ¿o sea que no hay esperanza?, la esperanza se escribe sobre el agua, responde el maestro y yo no entiendo pero todos se ríen. Pregunto qué opina de sus pares, Fogwill, Aira y Piglia, dice que de Fogwilll leyó cosas muy buenas, que de Aira no leyó nada (pero tiene la suerte de ser publicado) y de Piglia no responde nada. Dice que el mejor escritor argentino después de Borges fue Arlt y que Saer era un gran escritor y que su mejor novela es Glosa (!), ya un poco borracho comento que justo es en la que no pasa nada, Rivera contesta algo que no entiendo pero es una anécdota donde en las Variaciones Saer alguien critica que Saer no terminó La grande o algo así. ¿Y qué querés? Se murió. Esas cosas pasan, dice. Una vieja groupie le pregunta por la longitud de sus libros. "Yo no escribo guías de teléfonos", dice (gran frase). Habla de su amigo Onetti, de Faulkner (que recomendaba tres cosas para escribir: trabajo, trabajo y trabajo) y se enoja cuando le decimos maestro (carácter el viejo, y un poco sordo pero... sólido, un placer, tanta lucidez, y tanta modestia, el tipo escribe como nadie y dice: estoy aprendiendo a escribir).

Después vamos a tomar cerveza con Prats, Funes y Valeria (amiga de Funes) y hablamos sobre blogs, fútbol, Bolaño, Rivera, los invitados de Alejandría, Saer, y amigos. Prats se va a escribir, terminamos la cerveza, hablamos sobre los oficios terrestres (Valeria está quiere dejar su actual trabajo, Funes madruga y yo tengo una clase aburrida de Benjamin o algo así). Funes acompaña a Valeria hasta el colectivo y yo, como siempre, me voy solo. En la parada hay un pibe con una latita de cerveza que empieza a hablarme. Justo el random del mp3 me pone la versión de Raros peinados nuevas de Pequeña orquesta reincidentes así que me saco un auricular a regañadientes. Enciendo un cigarrillo y justo cuando hablamos del mito urbano de encender cigarrillos para que llegue el colectivo aparece el 60.