Neurosis digital o autismo positivista

lunes, 16 de marzo de 2009

Back in BA!



Llego a Buenos Aires. Update con madre. Entraron a casa ladrones y no robaron casi nada, salvo el monitor. Maldita sea. Estaba enamorado de ese venerado bicho plano. Supongo que es como con las mujeres. Recurramos al consolador 'el próximo será mejor'. Pasaremos de LG a Samsung o Sony. Pero la evolución implica algunos días de abstinencia. Voy a la comisaría, hago denuncias, la policía dice que un tipo estaba por casarse, entraron a su casa y le robaron toda su ropa escocesa. Y a la mujer su ex la había dejado esperando en el civil. Recibo un mensaje. "Casi no pude dormir. Por favor borrá todo lo que refiera a drogas sobre mí o mis amigos. De inmediato. Gracias!" Borro nombres. Lo malo de que mi línea paterna sea nazi y la materna judía es que alterno todo el tiempo entre el sadismo y la culpa. No es la primera vez que me dedico a borrarlos ni que me dicen algo así. 'Al menos cambiá los nombres', me dijeron varios. Ando en bici. Pienso en ir a correr pero en un rato tengo fútbol. Y los últimos meses estuve fumando y haciendo poca actividad física. Compro agenda. Evalúo tamaño, color, precio, comodidad, diagramación del día y la semana. Laicismo. Claridad. Simple y agradable y rápida de usar. Compro dos: una azul italiana para el escritorio y una de bolsillo para ir al puto Centro. Hablo por teléfono. No encuentro a mi hermana. La llamo, me llama, la llamo. No uso el celular porque no tengo crédito y la tarjeta que compré me recomendaron no usarla. El kioskero amigo me dijo que después de las doce hay promoción. Descuento del 50%. Horarios que se superponen. Tres actividades en la facultad y dos a la misma hora. Tránsito. Mujeres lindas que me miran, las miro, se van. Suele pasar. Amigos que no están o están hiperocupados. Necesito a mis amigos. Al menos a los buenos. Los que me hacen bien. Los que tienen una combinación de lucidez, afinidad y valoración positiva de las cosas (y de mí) que me ayuda a avanzar. A sobrevivir. Hablo con un amigo que habla de enfermedades raras. Furia y síntomas potentes y extraños que se cronifican en la gran ciudad. Necesito a mis amigas y a mi hermana. Presencia femenina joven. Me encuentro con mi amigo médico en la calle y me cuenta que tomo otro trabajo sumado al de su guardia. Es decir que verlo es casi imposible, salvo el sábado. Maldito workaholic. Comenta que otro amigo está en Europa con su novia madrileña. Se van a Porto unos días. Mejor. Es un amigo demasiado demandante. Mi habitación es un caos. Cosas sucias, libros inútiles en gran cantidad. Me cuesta desprenderme de las cosas. Necesito plata. El banco cerró. Voy al cajero. No recuerdo los códigos y contraseñas de las tarjetas y cosas que no usé durante todo el verano. Tardo un rato. Le pego por instinto. El cajero automático me cobra 15 pesos. Hijo de puta. La ciudad repele. No recordaba que mi celular era tan feo. Lástima que no me lo robaron. Fuera del ajetreo de recuperar los números, hubiese sido una buena oportunidad para volver a Nokia. En la comisaría digo que también me robaron un Nokia 1100. Simple, ascético. Motorola es una mierda total. Como el Explorer. Como los días pesados en la ciudad. Arrancaron una reja del patio. ¿Cuánto tiempo estuvieron trabajando? Me cuesta pensar que menos de una hora. Podría haber sido peor. Vivo en Buenos Aires. Mañana tengo que ir al Centro. Podría ser peor. Necesito alcohol. Y/o actividad física. Madre saca un cigarrillo de esos de señora de zona norte, un Virginia Slim. Le pido uno. Me mira mal. Vuelve a guardarlos. Tomemos mate, dice, y sigo cebando. Vos me tentás, le digo. Volver a ver a madre es como volver a encontrarme con mi primera ex. La tensión empieza a subir. La ebullición llega en un rato. A la distancia pensás va a estar todo bien, al menos por unos días. Un rato. Pero voy a volver a dejar(te). Tabaco. Madre. Porno. Efectos de la ansiedad urbana: apegarse a objetos fálicos infantiles disfrazados de sensualidad onanista y madura. Debo dejarlos & don't look back, como decía una remera en algún lado. Make your move, decía otra. Necesito buscar nuevas remeras, roomates, horizontes, consumos. Basta de madre y cigarrillos de nicotina y alquitrán. En mis buenos días soy bastante fuerte. Necesito dejar lo malo, lo que me mantiene atado al pasado, a los tics adolescentes. Tal vez pueda. Si la ciudad y la neurosis y el edipo me dejan.

5 comentarios:

Irene dijo...

Uf... senti el agotamiento de tu andar por la ciudad. Buenisima la dualidad planteada por las ideosincrasias combativas de tu flia. Sigo leyendo
Saludos

Violeta Gorodischer dijo...

jota, está pablo el catalán aca, me pidio tu mail. esta en entre rios y vuelve el viernes, te prendes a una salida?

lenguaviperina dijo...

sí, claro. tengo que buscar su mail. dale el mío, por favor. salimos a tomar unas tapas con fernet.
gracias,
y abrazo!

Violeta Gorodischer dijo...

No me lo acuerdo, pasámelo porfa.
Beso!

lenguaviperina dijo...

viperinalengua@gmail.com

beso!