Neurosis digital o autismo positivista

viernes, 20 de marzo de 2009

Y si la monotonía del momento era tan sólo aparente se debía a que yo era consciente de que precisamente en el espacio doméstico, en el hogar, es donde el viajero empedernido se juega realmente la vida, la capacidad o la incapacidad de amar y construir, de tener y dar felicidad, de crecer con valentía o agazaparse en el miedo.
(Vila-Matas, Dietario voluble).


Discusión con madre. Llamo a un amigo. A dos. Mis amigos, mi patria. Mi familia, mi cárcel. Mamá pone rejas y alarma. Dice que no implica apoyar las marchas contra la inseguridad. Lo entiendo, seguimos siendo de centro izquierda. Vuelvo a fumar. Poco. El crecimiento es latente. Un amigo -el que me instó a dejar- me dice: si no estás preparado, no estás preparado. No sufras. Nadie quiere sufrir. La gente en la ciudad está más ocupada, y más neurótica, y más a la defensiva. Pelea con hermana. Reconciliación. Lo malo de las peleas es la cantidad de tiempo y energía que te demanda. Me carcome la culpa. El orgullo es un muro. Por suerte mi hermana lo atraviesa y mañana tomaremos mates. Seguidilla de personas cercanas que se pelean con sus parejas. El verano es duro. Demasiado tiempo libre. Preparo un asado. Mi hermana dice que volví alterado del viaje. Trato de no ponerme a la defensiva. Voy al río a andar en bici. Trato de no perder demasiado rápido la calidad de vida ganada afuera. Frenar la contraofensiva de la neurosis. La derecha es neurosis. Paranoia. Inseguridad ontológica. Encierro. Salgamos afuera. Wake up slow and stay together. Se viene el primer fin de semana en la ciudad. Necesito enamorarme. Ser autosuficiente. La vida pasa mientras estás concentrado en todos tus errores y los errores de los demás. Lo que falta y lo que hay. Enamorarse quizás sea concentrarse en lo que hay. Valorar a quien tenés enfrente. Dejar de ser tan malditamente puntilloso. No es la palabra pero por algo viene. Pivoteo entre la dejadez, la indiferencia emotiva y la exigencia intelectual-estética. Soy uno más. Estamos todos demasiado concentrados por ser perfectos. Bueno, todos. Yo. Los otros no sé. Algunos, tal vez. Por lo pronto trataré de ser buen anfitrión, expresar cosas envolventes, ser menos eyectivo, gastar menos palabras. Como diría un amigo, tengo que animarme a pasar un período de estrechez.

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