Neurosis digital o autismo positivista

jueves, 12 de marzo de 2009

Oruro




Fiebre de pollo y Warcraft en Bolivia. Mucho colegio y universidad privada. O al menos usan uniforme. Eso de la educación laica queda para Buenos Aires, La Plata, Rosario y Cochabamba (y algunos lugares más, claro, pero no Colombia ni Ecuador ni Perú, donde cunden el catecismo hasta en el ciclo universitario).

Empiezo a viajar con un ecuatoriano y un colombiano. Una noche se suma un peruano y dos brasileros. Vamos a cenar en Copacabana y parecemos una reunión under del Mercosur. Como soy casi el único que conozco el lugar, por un rato soy el guía-negociador de precios. Tiene labia el argentino, comentan. Voy con Joao, el brasilero de Porto Alegre a mirar habitaciones. Le pregunto por la señora que lo acompaña (él tiene veintipico y ella como sesenta). ¿Es tu madre? No, es mi mujer, estamos casados hace nueve años. Ah, suerte que no se lo pregunté a ella (casi). Zuleika tiene cincuenta y cinco años, es una rubia gordita con mucho carisma y dice que no se arrepiente de nada. Joao tiene veintinueve y es gracioso. Es un lindo grupo. Al otro día vamos a La Paz. Cocinamos pastas en el hostal El carretero, converso con otro ex rugbier y con una pareja que iba a mi secundario. Los de otros países se van a dormir y nosotros nos quedamos en un cuarto recordando personajes de Capusotto y Alberti. Al alba empezamos a bostezar y cada uno a dormir a su habitación. Al día siguiente nos separamos. Muchos suben, otros se van para Oriente (Santa Cruz) y yo bajo. Oruro y su limpito tren es un bluff. Llego un día antes y no hay pasaje. Paseo por el mercado. Hago shopping boliviano. O mi regateo se oxidó estando más cerca del caribe o ya estoy cansado. Muchas veces nos atascamos.

A la noche voy en micro a Ulluni porque a Villazón ya no hay nada directo. Por suerte me compré un reproductor musical que trae nueva música. Sí, welcome to the ipod world. Esperemos que dure. Un gasto innecesario pero algunas oportunidades usadas -colombianos desesperados por llegar a Buenos Aires que te venden un buen aparato de apple a buen precio- no se presentan todos los días.

El colombiano es tatuador, bogotense y tiene todo su brazo izquierdo tatuado. Cerca del hombro, en el clásico lugar del marinero, una fecha y una guarda. 22 de febrero de 1990. ¿Qué eso? ¿Tu cumpleaños? No, el día que asesinaron a mi mamá. Era sindicalista. Ah.

2 comentarios:

diego.ve dijo...

volve jota que tenés que atajar para los el equipo de los escritores delicados, te extrañamos!!

lenguaviperina dijo...

buen nombre para el equipo. acá también se extraña a mis amigos bloggers de ideología difusa. estoy atrapado en tilcara pero volveré en dos días, creo.