Por Mercedes Halfon
Nos seducen los árboles
no pueden cambiar de posición bajo la lluvia
hay quien grita en el momento del rayo
o llora cuando alguien se despide
la escena del pasado
atravesar la avenida más ancha del mundo
los lugares donde tus padres nos llevaban a comer
ahora leo las vitrinas al derecho
yo no entendía el idioma de las cartas
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porque acepto la aventura del hombre
la mano metida en una pileta de tréboles
ser pequeña y bailar frenética
en un cuarto de dos por dos
donde el vino se derrama sobre las alfombras
velocidad crucero
un vuelo a otro continente
la felicidad es posible como esta hornalla
prenderla es comprobar
la existencia del fuego
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tengo la mayor parte de mi cuerpo cubierta
tengo dinero
tengo en la cartera
algunos cigarrillos, chicles,
monedas para viajar
cosas que puedo necesitar
más adelante
voy en colectivo
algo que no detecto
tensa el arco
en dirección única
una pregunta para hacerle a los desconocidos
¿estás bien
o a veces estás triste?
--
los rastis del puerto
hace once días que estoy sola
nada se detiene en la cinta de embalar
voy a decir después hablamos
cerrando la puerta del auto
o cortando el teléfono
y no me van a ver más el pelo
por el momento solo interesa rescatar
lo que se puede de la casa
un cambio climático
tirar el chicle y morder el papel
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