–¿Por qué cree que faltan historias y miradas sobre la cultura bonaerense en los escritores de su generación?
–No tengo la autoridad para decir qué tienen que hacer otros escritores. Sé que a mí me interesa escribir desde ese lugar, que es el que conozco. Pero lo que escribo está lejos de ser barrialista o costumbrista. Es profundamente nacional. Intento escribir desde el universo de Celina una literatura que se inscriba dentro de la literatura nacional. Me parece que la historia de un barrio puede contar la historia de un país, quizá de una manera mucho mejor que yendo directamente a los grandes temas. La pequeña historia de Juanita la almacenera, la de Tino, la de Pity, cuentan una época. Además, La Matanza tiene más de dos millones de habitantes, más población que varias provincias argentinas juntas. Lo que pasa en La Matanza, ¿no es mucho más nacional que lo pueda pasar en un reducto de Capital como Palermo?
edición del sábado 9/8, en cultura y espectáculos, Página/12, nota de Silvina Friera.
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