Neurosis digital o autismo positivista

sábado, 23 de agosto de 2008

boys are back in town



en el viaje me enteré que no nos íbamos 'de paseo' a chascomús sino a un congreso de historia oral. mis amigos de la facultad presentaban trabajos y yo me volví con un certificado de 'adherente'. la cabaña enfrente del lago era muy linda. la pasamos muy bien. la cercanía del agua y la rambla, un golazo. razones para mudarse a una ciudad con rambla (ganar en calidad de vida). los celulares sonaban todo el tiempo, en general eran novias o padres (a mí por suerte sólo me llamaron amigos). la última noche llamó la novia de un amigo a las cuatro de la mañana. paranoia y rock and roll. dejamos el truco por la mitad (a mi equipo le vino muy bien porque estábamos por perder unas medialunas en atalaya). fue desconectar, anestesiarse. purificarse e intoxicarse. pero vino bien.

volver a baires fue una sensación extraña. movimiento, tránsito, ambulancias. pertenencia, cemento y el organizado caos urbano de siempre. por suerte el viaje fue sólo de dos días y medio porque convivir en una cabaña de dos ambientes con cinco amigos tiene su no sé qué pero por momentos puede volverse claustrofóbico. discutimos sobre todo. desde peronismo a cómo cortar la papa y qué poner en la parrilla. coca común o coca light. cuando no me enganchaba, mi lema era: bueno, no importa. me vi reflejado en los otros -mis virtudes, mis miserias- y supongo que algo aprendí. como dicen los radicales (chascomús -cuna alfonsinista- es una ciudad profudamente radical, como dijo algún chascomucense): se dobla pero no se rompe. eso fue nuestra amistad. casi sigo de viaje por unos días con un amigo hacia mar del plata pero me ganó el cansancio y el superyó. volvamos a las lecturas, al mate y a la cotidianidad. y hoy es sábado. acá no se puede caminar alrededor de la laguna pero alguna reunión con amigos supongo que encontraré.

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