"Siempre había sentido un no sé cómo decirte acerca de los hombres. Sospechaba de ellos. Me daban mala espina, aunque me gustaba besarlos de vez en cuando.
Era una convencida de que el mundo estaba en malas condiciones pero no tenía el dinero suficiente como para ausentarme y buscar un planeta mejor para vivir. Me lancé a la calle y supuse que sería violada pero no me importaba. En algún momento te violan, así que preferí correr el riesgo de hacer mi libertad. No me despedí, mi familia dormía. Creo que hay que huir de noche y sin dinero. Para eso soy muy conservadora."
La perfecta otra cosa, p. 60, ed. el cuenco de plata, 2007
1 comentario:
Genial. Me habían hablado de ese libro. Parece mi vida...
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