Young writers, bloggers, etc.

Día D o último día de parciales académicos. Coloquio de socio de la cultura. Fumo demasiado, pero no puedo evitarlo. Roberson, el amigo de Funes (estudiaron juntos teatro con Garrote) sale contento de rendir con Margulis: diez, claro (fuckin' envy). A mí me gustaría dar con Urresti o con Elbaum pero al final rindo con una chica a cargo de otro práctico (Zícavo). Empiezo con el tema que elegí: jóvenes + internet + blogs + escritores: bloggers. Hablo de todos en general (como siempre, en parte, hablo de mí, siempre tan autorreferente) y de mis amigos, pero nombro a Mairal ya que me parece un referente importante y conocido, ella dice que conoce el campo, y que es amiga de Mairal, que colabora en el Perfil cultura, así que tenemos varios conocidos en común, Grillo, Budassi, Moret, Terranova. El mundo es un pañuelo. Bueno, vuelvo a mi tema. Hablo de socialización, Bourdieu, Bauman, desigual apropiación de los capitales simbólicos, la representación en esta sociedad electrónica de una sociedad de iguales (Bauman le roba a Giddens o a Habermas o a nadie... Sarlo le roba a Bourdieu, yo a Sarlo, en fin, todo es una cadena). Recuerdo lo que leí creo que en el blog de Terranova o en el de Mairal, me pasa como a Vanoli, que no me acuerdo donde leí qué, en fin, un chascarrillo de Borges y Bioy: Cuando Neruda no es genial no es nada. Bueno, tenés un nueve, está bien, no es el diez de Roberson pero está bien, tampoco estudié tanto y mi tartamudeo que se acentúa en instancias orales evaluativas dismimuye cualquier capacidad de performance alta en mí. Después me cuenta que escribió una nota para una revista de Bogotá respecto a los 3 jóvenes escritores argentinos elegidos entre los 39 más importantes de la región (Mairal, Neuman y Garcés). Dice que la gran ausencia le parece Cucurto. Puede ser. La verdad que Cucurto me cae mucho mejor que Garcés y Neuman, que parecen mucho más caretas. Mairal y Cucurto me gustan porque me parecen honestos y porque son empíricos, y en general poco pretenciosos. Hablamos de las antologías de cuentos que saldrán en julio (autobombo), ella dice que es una buena oportunidad para tener un pantallazo de los nuevos escritores de la ciudad y nos despedimos con un beso en la mejilla. El resto de la tarde se va en trámites paternos, llevar al service su celular, mirar cómo trabajan las chicas lindas de Movistar (pensar en pedirle algo a alguna fuera de protocolo y, como siempre, nunca decir nada salvo bueno, gracias). Por suerte resuelvo todo, preparo un mate, intercambio mails con el gran Martínez Daniell sobre algunas correcciones de mi cuento sobre Recoleta (ellos le pusieron Plaza Francia, Terra o los Hermanos Castro, bueno, no es nada grave, pero creía que habíamos coincido con ellos en que era mejor Recoleta como barrio... deben haberse olvidado). SMD un grande, contesta todos los mails (hábito cada vez menos frecuente en mi socialización mailística) y además (o por sobre todas las cosas) escribió Semana, una de las mejores novelas que leí en los últimos años. El domingo conoceré a Cucurto, pienso en llevar algún librito para que me lo firme (que no tengo, los que leí de él me los pasó Vanoli) pero igual me parece una práctica odiosa (salvo que sea un asado con Houellebecq pero bueno, no es el caso, ahí si le llevo un ejemplar de Las Partículas y no me importa quedar como un maldito snob/grasa buscador de autógrafos). En fin, últimas horas de trabajo paternal antes del partido de fútbol semanal (lo invité a SMD para el partido del domingo contra el equipo de Funes pero está desgarrado) y mañana, por suerte, viernes, taller, lecturas y el maravilloso guiso de posguerra de Levín junto al temeroso y maravilloso Quinteto de la muerte (espero que Funes pueda mantener el nivel de su última performance y que Romero se anime a tocar los instrumentos que lleve). En fin, todo futuro será mejor (o al menos menos metodológico). Suena un buen momento para tomar mate y esperar el partido de Argentina con un poco de ajedrez + Placebo y The Strokes.