Neurosis digital o autismo positivista
domingo, 8 de febrero de 2009
La hamaca
Tengo mucha barba, una hamaca paraguaya con un balcón desde donde descubrí que puedo ver el atardecer, ningún espejo, ningún amigo en la ciudad, ningún libro sin leer, algunos dólares, un resto de aguardiente y algo de marihuana limeña.
Llamo a papá a medianoche por su cumpleaños. Dice: son las tres de la mañana, estaba por acostarme. Digo: creí que el cambio horario iba para el otro lado. Dice: ¿fuiste al Macchu Picchu? No, me colgué. La conversación dura tres minutos y cuesta setenta y cinco centavos de dólar. Supongo que es un buen momento en nuestra relación.
Camino por la playa bajo el sol sin protector: me da fiaca, me parece de chetos, no quiero gastar lo último que me queda de Hawaian y no tengo nadie que me pase crema en la espalda.
Vuelvo a refugiarme en el hostal. Los primeros días leí en la cama o en la puerta de mi habitación, del lado de adentro o afuera. A veces soy un poco fóbico, como le dije a algunas mujeres. Creo que tres días después me animé a subir la escalerita que había junto a mi habitación: hamacas paraguayas y una linda vista al atardecer. No se ve el mar pero se escucha (algo es algo).
Una diferencia que encontré con Máncora y tal vez con los peruanos, es que el ecuatoriano es mucho más relajado. Menos borrachos trash y más musicales. Mucha hamaca paraguaya en las puertas de las casas y gordos tirados sobre ellas. Parásitos, pensaba. O: vida de pueblo. Hace un rato vi una escena local: tres guitarristas cantando (lindo) y en el centro del living dos chicas repartiendo como hostias a todos los invitados que estaban sentados con las sillas contra la pared.
Pero ayer me fumé dos secas antes de salir en la hamaca y la descubrí. Me quedé como media hora mirando el techo.
Y hoy pasé casi todo el día. Leí Una casa para siempre, de Vila Matas, que me gustó bastante, me hice alguna siestecita y pensé idioteces mirando el horizonte. Como la mejor hamaca está junto al cuarto de las holandesas proto jugadoras de hockey, si me hamaco choco contra una bombacha rosa que hay colgada en un palo. Lo bueno es que así extraño menos a las mujeres (y a mami). Leo, tengo pensamientos masturbatorios, duermo, me cuelgo, anoto algo, y cuando extraño la presencia femenina me hamaco y toco mi tótem de la feminidad perdida: un palo de caucho con una bombacha rosa poco sexy pero muy contenedora. Lo único malo del hostal es la hijita de la dueña: Allison, una morochita insoportable que grita todo el tiempo: Mami!, Tommy!
Demandante como rubia. Hablando de rubias, soñé que tenía una madre rubia que me esperaba al otro lado de la 9 de Julio, pero como los taxis no respetaban el semáforo rojo y pasaban muy rápido, no podía cruzar. En realidad no era mi madre, estaba con su hijito y me esperaban. Yo era el otro, el extranjero, como en los grupos con los que socializo. Si fuese psicoanalista o paciente podría interpretar mi sueño como miedo o dificultad para socializar, para entrar a la adultez, en fin, para interactuar con rubias y verles su costado maternal. Anoche después de fumar me encontré con las holandesas (hasta ahora no tenía hostal-mates). Conversamos: trabajan en un jardín de infantes en Quito (una) y estudian español (la otra). Raras. Una habla bajito y otra parece la capitana lesbiana de la selección holandesa de hockey (y no gasta mucho en ropa interior). Cuando empezaron a hablar en holandés, les dije: estar en un grupo y hablar un idioma que sólo hablan dos, es, al igual que decir secretos, de mala educación. Creo que enfrió un poco nuestra incipiente relación.
La banda del gordo Hurley volvió a tocar anoche. Tocaron covers de: No rain, Muevelo, de Los Pericos, El estudiante, de Los Twist, Matador, y otros temas mejores de los que no sé el nombre. Hay uno muy bueno cuyo estribillo dice:
Amor pa' ti/ amor pa' ti/ todo lo que tengo es amor pa' ti.
Amor pa' mi/ amor pa' mi/todo lo que quiero es amor pa' mi.
Antes de irme, me crucé con el bajista que hace segunda voz y se parece al bajista de Rage. Le pregunté si era el líder. Sí. Yo le daría más lugar al gordo, la línea estética-ideológica va por ahí. Cuando canta la rubia son una banda puertorriqueña barata, cuando llega el gordo parece que podrían ser la Rage against the machine latina. Igual no sé nada de música y me encantó la banda, eh (maticemos que en el lugar el 95% son guayaquileños, como la banda, y te van a crucificar). El pibe me dijo sí, cierto, pero es díficil, gracias.
En fin, con un guayaquileño muy alcoholizado intercambié marihuana por cerveza. El pibe -que por su pesadez en ciertos momentos me recordó al peruano arequipeño- me decía todo el tiempo maricón o marica. A mí me ponía un poco incómodo hasta que descubrí que es similar al boludo argentino o al huevón chileno. Y el peruano dice broder o huevón también. Creo que, por descarte, el mejor es nuestro boludo, y no sé si el peor es el ecuatoriano, o al menos guayaquilense, con esa carga homofóbica que tiene, porque los pibes lo dicen con cierta animosidad.
Mi estómago está mejor pero tampoco cantemos victoria. Todavía no fui de 'cuerpo entero', así que mantengamos nuestro conservadurismo culinario (que básicamente se reduce a no comer picantes).
Ya pasó el tumulto guayaquilense por la playa. Montañita es como la Pinamar de Argentina o la Punta de Uruguay. Tengo que tomar fuerzas y madrugar mañana para volver a Guayaquil y de ahí a Manta o Quito. Dicen que Aerolíneas argentinas tiene pasajes Lima-Buenos Aires por 200uss. Suena tentador, sale casi como el bus directo. Tal vez pueda hacer Tumbes (playa: Zorritos) y Trujillo (playa: Guanchaco) antes de Lima. Junto a mí, los argentinos insultan a sus interlocutores por mail. Uno dice: Boca ganó y River perdió, y otro: ¿te sacó del Facebook? Y otra: eso no es un mail, es una enciclopedia, y él le contesta a veces sos insoportable. Puede ser. Y un chiste: murió Cristina Kirchner. Si sumamos a los chilenos y guayaquileños, el nivel de gorilismo debe ascender en esta playa a un 90%. La chica a la que el novio acusaba de insoportable está de pie, apoyada sobre la silla de su novio. Se que se aburrió de comentar los mails de su novio porque dice: qué bueno, salimos en un blog. Me pongo incómodo porque justo acabo de escribir que probablemente su novio tenga razón y ella dice él no es gorila. ¿Vos sos gorila?, le pregunta ella. Y él, que hace un rato hablaba de que un colega iba a estar insoportable porque le dieron dos cátedras, dice ya no existe esa categoría, ahora todos son peronistas, hasta Macri. Típica respuesta de gorila universitario o proto intelectual. Maticemos que al menos sigue existiendo un peronismo de derecha y uno de izquierda. Yendo a los referentes más importantes, podemos encontrar muchas diferencias en la gestión K y en la del Pro. Otras prioridades. Otros errores. Otras omisiones y sí, también, varios errores y elecciones compartidas. En fin. También partamos de que la mayoría de los peronistas nunca se fue de vacaciones ni a Chascomús (los sectores populares), así que no nos inquietemos si de pronto, en esta alejada y snob playita ecuatoriana, las chicas que vivían en Flores y ahora viven en Belgrano empiezan a tomar clases de surf mientras discuten con sus platinadas amiguitas o con sus gimnásticos novios yuppies si es mejor cenar pizza o camarones.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario