bloody sunday

me levanto tarde. ordeno. voy a easy a comprar un termotanque. una rubia de estructura ósea televisiva y cutis de afiche de vía pública aparece de la nada y empieza a enumerar las características de los distintos termotanques. duda, se corrige, pero es amable y linda y le perdonamos todo. como a obama. ahora hay que hacer cola para pagar. la aridez del consumo. gordos con aspecto de narcos de miami pelean con cajeros downs y cuarentonas retraídas. una mujer de treintaipico dice yo me quedo con papá mientras toma un helado. lo sexy a veces se vuelve desagradable. lamidas lentas, mejor no mirar. madre me mira a dos filas de distancia. yo tengo la carretilla con el termotanque y, aunque ahora la posición de mi madre en su fila esté más próxima al cajero que la mía, ya no puedo moverme. algunos demandan mirada y otros demandan menos demanda. tengo gente atrás y esta carretilla es difícil de maniobrar (además de que hace como dos o tres vidas que no uso carretillas). ahora que no me mira, ver a mi madre en un lugar público me hace verla de otra manera. cuando tenga tiempo y dinero debería volver a psicoanálisis (es decir, nunca, seré libre, odioso, poderoso, lujurioso, tormentoso, ampuloso, pudoroso, caluroso, sudoroso, y muy celoso de mi pequeño ego relativamente exitoso). a la distancia, unos cinco metros, parece una mujer, no una madre, una mujer que pasó los cincuenta, tuvo algunos golpes pero cuida su alimentación y hace gimnasia. en suma, se mantiene bien. pero la mirada está triste. o preocupada. o pensativa. en fin, quién sabe. zapping mental de cosas buenas no es. that's for sure, honey. volvemos a casa discutiendo sobre la seguridad. el disparador: ventanilla abierta o cerrada. llamo a un amigo en busca de oxígeno. leo a bolívar y a un venezolano que dice que se enamoró de simón rodríguez (el maestro de bolívar). en la facultad te hacen leer cosas interesantes y cosas anacrónicas. casi medianoche. pienso en sublimar con películas, marihuana, porno, literatura, amigos, amigas, actividad física, pero al final me mantengo fiel a mi conducta monacal: té y bolívar hasta que las velas ardan. mañana será mejor. el domingo parece eterno pero al final pasa, es cuestión de distraerse, distraer a la neurosis. ey, neuri, mirá, mirá, ya es lunes. ¿qué? ¿dónde, dónde? te engañé, pero ya estamos cerca, sólo estamos a tres minutos y dos rivotril del lunes.