Neurosis digital o autismo positivista

miércoles, 30 de julio de 2008

El Gran Lamberti

(espero que cuando vuelva Funes de Córdoba queden ejemplares de Lamberti porque me gustaría comprar uno... cuando venza a la maldita afip y logre que mis diversos -¿dos?- empleadores me paguen)


Ahora sí, Lamberti:

Poemas


Del libro “Crash Dammies”. Inédito.


Ortopedia para los pies. Para las piernas.
Para el cuello. Para los dientes. Ortopedia
para corregir malformaciones. Para los esguinces, para
las quebraduras:
ortopedia, vendajes, ortodoncia.

Acero reemplaza
hueso. Titanio
reemplaza hueso. Vidrio reemplaza
la bolita mojada del ojo.

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Quedan:

Uno: el índice oprimiendo
los botones del control remoto. Dos: una vejiga
que se desagota diariamente. Tres: Los párpados
alzados contra toda ley. Cuatro: La boca
abierta apenas para la respiración
con hilos de saliva que van
desde el maxilar superior
hasta el maxilar inferior.

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Compremos un Scania para ajusticiar
a lo que se interponga en el camino:
esa excursión de la tercera edad,
esos chicos uniformados,
esos poetas, esos artistas conceptuales,
esos intelectuales
preocupados por el futuro del país,
esos vendedores de estampitas.

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Distinguir
entre el agua de una sopa
y el agua de un charco. De chico
papá me llevó a ver un campo
de práctica: vestidos con ropa camuflada
y la escopeta de caño doble. Me pregunto
donde habrá ido a parar esa escopeta.
Si me pusieran en la rueda gigante
de un parque de diversiones.
Alplax, Thorazine, un pañal, sonda
directa al esófago.
Los especialistas
disputando mi cadáver. Restaurar
la fábrica desierta de la memoria.
Distinguir
entre una bicicleta
y un batallón del Séptimo Regimiento. Entre el reporte meteorológico
y la voz de mamá. Reemplazarlo
por una reproducción a escala de sí mismo.
Reemplazarlo
por un cartelito con su nombre. De los muertos
queda una nítida huella en mi sistema digestivo.
¿De unos zapatos en un basural?
¿Del chasis oxidado de un auto?

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Un autista es:
aquel que no distingue lo que sucede
de lo que no sucede. Un autista es:
el pálido jinete
de una ciambretta oxidada.
Un autista es: el que oye hablar de sus pecados
a los cuadros y los muebles.
Mala leche es:
un fin de semana con el cable cortado
y los vecinos
oyendo el partido.

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Rigor mortis:
los músculos
endurecidos por la espera.
Una censista tocó la puerta de
su casa. ¿Que les gustaría ser
si no fuera
un objeto inanimado?
Me gustaría ser el pasto
del cantero. Múltiple. Anónimo.
Para
despertarme
debo romper algo, para
despertarme
exijo que callen esa canción de cuna.

Para despertame
debería abrir los ojos,
mirar lo que quedó.


en www.laseleccionesafectivas.blogspot.com

1 comentario:

toto scurraby dijo...

Compremos un Scania para ajusticiar
a lo que se interponga en el camino

esto es potencia.la verdad ahora lo voy a tratar de conseguir yo tambien