El viernes estuvieron conversando en la SEA (y por momentos discutiendo) Víctor Redondo, de la editorial Último Reino; Juan Calcagno, de El andariego; Miguel Balaguer, de Bajo la luna, y moderó Terranova. Una charla interesante. El sábado estuvieron Gonzalo Castro, de Entropía; Vanoli, de Tamarisco; Tabarovsky, de Interzona, y moderó Alcácer. Interesante, también, aunque es cierto que como dicen en HdeA faltó debate, riesgo, discusión. Por otro lado es lógico que si ciertos 'colegas' casi no se conocen -o sólo se saludaron en la presentación de algún libro- y nunca se sentaron a conversar nada, empiecen presentándose amablemente y defininiendo sus posturas frente al mercado, la prensa, los autores, el armado de catálogo, su construcción identitaria. Creo que salieron algunos temas para debatir que pueden ser muy interesantes (como el precio del papel, casi el doble que en Europa, y por ende del libro, la ley del libro, todo país con industria editorial tiene una ley salvo Argentina, qué es ser independiente y otras cosas). En fin, me sentí orguloso de haber colaborado en la organización de las jornadas. Después se tomó vino y después, para los que quedaban, leímos junto a Urman, Funes y Lamberti, inminentemente editado por La Funesiana (¿mañana leerá en Los Mudos también como invitado fuera de programa?).
Quizás algo resentido porque no se quedaron a 'escucharnos', antes de leer hice un comentario acerca del vínculo de un editor independiente y un escritor inédito -yo- como una pequeña relación con una chica afín. Al público le gustó (el humor había estado ausente en la mesa debate; algún borracho dijo que debería dedicarme al stand up). Después hubo parrilla, cerveza y discusión. Una buena noche. El conejo de la suerte es elogioso con mi 'performance' (gracias).
Horas después, en una fiesta, se me acercó un tipo y me dijo: che, capo, te veo medio tenso, tomá y me ofreció medio porro. Le di unas secas y se lo quise devolver. No, fumalo todo, me dijo, tranqui. Si alguna vez me dan a elegir ángel de la guarda, que sea copado como ese.
Sutil bufido
El lunes juego al fútbol. Partido chivo y muy peleado. Empieza a aumentar el grado de patadas. Atajo. Ali tira un puntinazo y la pelota me pega en la cara. En el vestuario (recordando mi pelotazo en la cara de hace un año) le digo estamos a mano. No responde nada salvo un sutil bufido, supongo que recuerda que en ese caso éramos del mismo equipo y yo simplemente debía alcanzarle la pelota para sacar el lateral. En fin, detalles. Lo bueno del pelotazo es que me dejó una marca morada cerca del ojo que me permite inventar historias. Hoy quizás vaya a una fiesta y si alguna chica me pregunta puedo decirle me pelée con un escritor, o en la calle, o en un bar, o en una lectura. me agarró un grupo de editores independientes y me cagaron a palos.
A la noche, antes de despertarme, sueño que junto a mi casa se mudan varias prostitutas. Empiezan a robarme remeras de la terraza, un día nos cruzamos, a una le digo linda remera y amenazo con denunciarlas a todas. Una de ellas dice podemos arreglarlo de otra manera y se pone de rodillas. Suena el despertador. Cuando duermo poco, siempre recuerdo a un psicólogo ciego que duerme tres horas por día pero se da una ducha de media hora y, dice, queda como nuevo.
5 comentarios:
Buenas, Linne. Llego desde el link de la página de terranova
Te cito para decir lo que me pareció la charla: "Le faltó semen".
Abrazo.
Saludos y felicitaciones por lo del sábado (y por el caluroso comentario de Terranova).
Ya que estamos, también pido disculpas por la ausencia en el fútbol. Para la semana que viene estoy.
Sí, estaba borracho cuando te dije lo del stand up! Saludos Line, te chorié la foto para el diario. Un abrazo.
salud, compañeros!
Gogui, soñaremos con la carneada.
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