Neurosis digital o autismo positivista

martes, 21 de abril de 2009

Prividera



Publicado -en versión extendida- en Hacia el Bicentenario.

Prividera realizó un documental llamado M que pasó por el Bafici del 2008 con muy buenas críticas. Es sobre su madre, desaparecida por la dictadura. Quiero verlo pero no lo vi (otra vez el problema de la distribución). Por alguna razón que desconozco, elige publicar el mejor análisis de cine argentino (y de arte argentino) que leí en La lectora provisoria (tal vez porque, pese a su gorilismo galopante, Quintín estuvo a cargo de las mejores ediciones del Bafici, y, como alguna vez le dije con un amigo, tiene una postura mucho más progresista en cine que en literatura -donde a veces sorprende con ideas originales y por la frescura de sus críticas, pero casi siempre -al hablar de literatura- recae en esa mirada ultra-conservadora).



Volvamos a Prividera,
que acá habla de Favio.
Casualidad o no, el mejor texto publicado en La lectora provisoria, el mejor crítico (Prividera) y el mejor cineasta argentino (Favio) son peronistas (o, al menos, el texto y el crítico/cineasta, tienen afinidad con él). Tal vez el querido Q todavía no se dio cuenta.

1 comentario:

lenguaviperina dijo...

acá, en el blog -y después del post- donde publicó la nota de Favio -ojosabiertos.wordpress.com- un sólido comment del propio Prividera:

Nicolás Dice:
Junio 16, 2008 a las 6:23 pm
En un reportaje publicado este domingo en Pagina12, Favio habla sobre su abortado proyecto de la vida de DiGiovanni: “Me parecio jodido hacer una película en la que el heroe era un violento que ponia caño, bomba (…) De golpe me di cuenta de que estaba por hacer un canto a la violencia misma. Me parecio que podia ser nociva”. Y prefirió hacer Moreira, dejando de lado la que seguramente (por estar en su plenitud crativa, por estar inmerso en un tiempo violento) hubiera sido su gran película. No puedo evitar ligar esto (porque Favio mereceria ser un personaje de Favio, tan ligada esta su suerte a la del peronismo) con la cita que dejó Feinmann (en su dominguera deconstrucción del peronismo) de una cita de un viejo libro de Salvador Ferla: “Desde hace tres años –tiempo que coincide sugestivamente con la muerte de su esposa- no sabe si profundizar la revolución o ponerle fin. Planteadas las cosas en terminos de violencia, que no le permite su propio juego de masas, Peron se siente desconcertado, abatido (…) El antiperonismo toma el poder mas por obra del desarme espiritual del peronismo que de una victoria militar propiamente dicha. Su adversario esgrimía un arma de la que carecía en ese momento: habia logrado crear una mística.” Si todo esto suena demasiado actual, es porque lo es. De la resolución del conflicto rural y del posterior alineamiento de los diversos sectores puede depender el diseño de la Argentina de los próximos años. Pero el cine argentino lo verá, con suerte, demasiado tarde (¿qué fue de los infames ’90s en el cine nacional?), aunque el arte siga atacando por otros medios: en el diario de hoy Horacio Gonzalez habla de “Bombita Rodríguez” (el maravilloso “Palito Ortega montonero” de Capusotto) como un ejemplo feliz de intervención cultural…