Neurosis digital o autismo positivista
domingo, 5 de abril de 2009
Mi termo con té
La alegría está en el proceso de la creación de la obra, no en el éxito, ni en la repercusión, ni en cómo uno es visto por otra gente, sino cómo el artista se ve a sí mismo.(Kitano)
A mis amigos que ayudan a vivir y a disfrutar del proceso de creación entre tanta tendencia a la putrefacción.
Vuelvo a fumar mucho. Cuando tomo alcohol. Socializo a la noche. Duermo en camas ajenas. Mis defensas bajan. Cocino para vos pero vos nunca llegás. Me enfermo. Todas las noches busco en camas ajenas tu olor. La gente habla en francés y no la entiendo. En las noches de insomnio deambulo por habitaciones ajenas palpando a los gatos. Cuando no duermo cerca de avenidas a veces escucho a los murciélagos escondidos. Sé que tratan de comunicarse conmigo, sólo tengo que descifrar el lenguaje. En las citas a ciegas tomo mucho café para después no quedarme dormido. Soy amable y respeto los códigos, pero tiendo a la desconexión, y es todo parte de lo mismo: sé que esta amnesia tiene algún agujero y que encontrando a los gatos te encuentro a vos. Temo que te hayas hecho una reconstrucción facial y una noche de bar after-office te conozca sin llegar a conocerte. Tengo una cicatriz de antes. A los nuevos gatos de las chicas desconocidas los torturo hasta que me arañan. Comparo cicatrices y trato de recordar. ¿Quién eras? ¿Cómo respirabas cuando tenías un sueño inquietante y cuál era tu estación preferida? ¿Qué expresión tenías durante el orgasmo? A veces tomo el tren y al rato imagino que la vida está en otra parte, lejos de los hombres-cámara y las mujeres alambres de púa. Un mundo paralelo donde convivo con la reconstrucción de mi imagen humana y no con la neurosis. Convivo algunos días por semana con alguien y el resto de los días estamos los dos mirando la misma luna, como en esa comedia dramática con Tom Hanks y los mails. La realidad no existe. Para nosotros el smog es niebla y el aceite mezcla es oliva. Meg Ryan es linda pero vos sos hermosa y Hanks tiene mucha plata y ganó la guerra pero no anda tan rápido en bici. Y claro que nos gusta Hollywood una o dos veces por mes o por semana -según el mes, y según la semana- y a veces somos cursis -según José, y según su porro- y no nos importa. En mi sueño no hay sadismo ni perspicacia ni actitudes denigrantes ni chicos que piensan en sus madres cuando van al baño. En mi mundo paralelo estás vos y usás muchos jeans gastados y las marcas no importan y la vida es bastante simple tal vez porque vos hacés que todo sea así y porque yo dejé todo y me vine acá, a buscarte, a darme tiempo para conocer cada centímetro de tu alma, sea lo que eso sea pero me sale eso y me obsesiona, sé que tu alma existe y está tatuada en la piel de los gatos. El alma está en tu cuerpo pero se va con la transpiración del orgasmo y los días de verano, entonces queda en el aire y ellos sin querer la respiran. Tantos años de dormir juntos con los gemelos que absorbieron tus peores pesadillas y deseos. Por eso son gordos y encantadores y hasta parecen humanos en otoño. Porque ellos son vos. Me enamoré de tu respiración y de la comida para gatos y de cómo ronronean ellos en tu espalda y ya nunca más pude irme. Cuando me venía con el bolso y la cédula llamó ella pero no atendí. Ella es de mi barrio y le encantan las carteras francesas y los demócratas republicanos. Mamá tiene el pelo rubio y una cruz en el pecho y papá tiene psicosis y plata. Tiré el celular a la basura y dejé en mi antigua mesa mi maquinita etiquetadora porque ya no la necesito. Una tarde le ponía flores a mi jardín virtual y entonces la máquina de etiquetar se quedó sin pilas y vi que era un objeto muerto. Lo dejé en la mesa del antiguo departamento que alquilaba y apagué la luz. Mientras bajaba las escaleras encontré muchas etiquetas en mis bolsillos y las tiré en el cordón. Las etiquetas al entrar en contacto con algo cambiaban de forma. Las pedías por correo según tu mood. Las mías eran hojas de afeitar con gusto a espinas venenosas de rosas radioactivas. Los creativos del norte se creen siempre ingeniosos. Pero la moda pasa, y los creativos también, así que supongo que ahora tendrán otras formas.
Nos conocimos en un grupo de yoga. Tu tatuaje y tu pollera no se veían mucho en mi barrio. Dejé de ir después de que nos diéramos el primer beso. A veces encendés sahumerios y te ponés en la posición de flor de loto y me invitás y yo tardo en caer y veo que hay dos copas de vino y que es una vez más nuestro aniversario. Siempre fui malo para recordar las cosas importantes. Cumpleaños de amigos, despertarse temprano porque la mañana es linda, enmarcar la foto de Eva, los ciclos de cine antiguo en los teatros del estado. A veces creés en las vidas pasadas y tenés una tele pero es vieja y chiquita y no funciona casi nunca. Hablás con la tele. Yo pico mucha cebolla. Lloro y me río. Ahora que volví a poder llorar soy re cebollero. En tu casa no hay monitor plano pero sí muchas plantas y dos gatos. Cooke y Camilo. Les decimos Q y K. A veces duermen con nosotros. O con vos y un desconocido. Los gatos no son míos pero asumí la paternidad. El almacén cerró hace unos inviernos y quedaron los gatos. Vos y tu corazón lleno de rayos y human rights. Quizás cuando mueran nuestros gatos vietnamitas tengamos hijos. Las cosas manuales de pronto me interesan y arreglo la tele. Hago dulces caseros. Imágenes en blanco y negro de un mundo posnuclear. Hay sol, patio, PHs, caminatas, bicicletas de paseo y pic nics cerca de un río que no huele del todo bien. Vos llevás tu equipo de mate y yo los sandwichs de palta y mi termo con té. Nuestra plaza favorita queda lejos y hay pocos colectivos, pero no nos importa esperar. Es cerca del barrio tailandés. Esas tardes jugamos. Vos no sos vos y yo no soy yo. Y cuando llueve pero no hace frío nos encontramos en una esquina nueva y nos besamos hasta quedar empapados. La ducha es chica y el calefón a veces se apaga. Pero las frazadas que tu abuela cosió antes de morir de metástasis nos calientan todas las noches. Cuando tengo insomnio y extraño el norte, me gusta quedarme con la radio bajita junto a las hornallas prendidas. Escucho el programa de cocina china y practico. Cocino arroz y verduras saltadas: mi vianda de mañana y la tuya. Soy como el suizo que fantasea con vivir en Colombia. El francés, en Bolivia. El japonés, en Brasil. Soy un chico triste del norte que fantasea con el sur. Consulto a una bruja en Lugano. Sé que estoy cerca. Casi puedo recordar el olor de tu transpiración. Visito foros y grupos de autoayuda. Chico sensible de Coghlan busca PH en Pompeya para compartir. Hago meditación y viajes inducidos. En este mundo -al otro lado del muro de Palermo- puedo llorar y tener un perro y trabajar todos los días y madrugar contento y salir a correr. Vivo más en las plazas y bares y menos en Internet. Somos fetichistas de ediciones viejas. Uno de los dos hace terapia, pero nunca los dos al mismo tiempo. Vuelvo de teatro cansado y te ayudo a cocinar. El trabajo es rutinario pero todo lo de afuera no. Los días tienen muchas horas y más cuando estoy con vos. Arreglaste la tele y ronroneás con tu gato Q y una película francesa pero a mí ya no me importa. Ninguno tiene personalidad adictiva y K perfecciona su felino ocho entre mis piernas. El mundo continúa. A veces miramos un noticiero durante algunos minutos. Las noticias refieren al norte, al mundo más allá de Palermo. Allá pasa todo lo importante. Pero ya no podría irme. Extrañaría demasiado los asados con mis vecinos del este, tus gatos, el olor de tu cuerpo en los días de menstruación, las queridas plantas, y el programa nocturno de las noches de insomnio que sólo se escucha cerca del barrio tailandés.
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14 comentarios:
excelente
La puta que lo parió! es el texto esquizostyle más lindo que leí jamás.
gracias, amigos. y muy sólido tu último post, Volquer.
precioso
ey,
si fuera un libro, subrayaría muchas cosas.
re bueno.
mercie, che
hermoso, muy hermoso!
me gusta mucho como escribís. Esto es muy lindo. Saludos!
se agradece beaucoup
Bueno man, posta que es un poema re bueno, dan ganas de leerlo en voz alta.
jotita:
pedí en mi taller que alumnos trajeran algo que hayan leído hace poco y les haya gustado mucho
una alumna trajo este texto
cuando vi que era tuyo casi muero de emoción!
y el texto me pareció hermoso, hermoso, así como el epígrafe de Kitano.
besos amigo
nos vemos
que lindo, lindisimo esto! que bueno q lo compartas y que lo pueda leer.
Lo leí dos, tres veces. Y es que tiene algo que hace que le quiera dar vueltas y vueltas, como un gato alrededor de un enigma, escucho el ruido que sale del texto: es un aleteo de vaya a saber qué.
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