No voy a decir que el rock y el pop, y la música popular en general en Brasil es una mezcla de Xuxa y Machito Ponce, con algunas dosis de La bomba del tiempo, las Tinellis y Los Susanos, ni que todo es Aché, ni que una vasta mayoría es seminanalfabeta porque casi no lee ni escribe en portugués ni porque no hablan ningún otro idioma, ni que sólo se interesan por el baile, el fútbol, la cerveza, la cachaca, Dios, tener los abdominales marcados y bailar, escuchar o tocar samba (aunque en las cinco áreas son pretty pretty good), ni que estoy obsesionado con la cultura anglo- europea y con sus descendientes americanos, ni que estuve tomando demasiadas latas de cerveza brasilera, ni que estoy resentido porque perdí a todos mis amigos ingleses y a mi amigo argentino, ni porque el tan promocionado inicio de carnaval me recordó demasiado a monos bailando y tinellis y susanos, ni que en la décima potencia del país que es la mitad del sub continente y del PBI y de la población de sudamérica todos parecen demasiado atontados por el calor ni que me sonrojo porque mis amigos acaban de llegar y están tratando de traducir este post, ni que ya se fueron, ni que todo argentino en Brasil parece un buscavidas analfabeto, el eslabón perdido entre el joven portenio yuppie y el hippie que sólo usa los libros para darle un toque cultural europeo al hostel donde trabaja, ni que extranio la maldita Buenos Aires, ni que soy un efectista hijo de puta, ni que me dan asco los argentinos en el exterior aunque me conviden drogas blandas gratis, ni que viven hacinados pero al lado de la praia, ni que soy obsecuente con ellos, ni que soy chauvinista y racista, ni que pensé demasiadas veces en quedarme a vivir en un hostel en Brasil trabajando como argentino lazy, ni que no puedo bailar ni cantar ni tocar ningún instrumento lo que me vuelve un argentino bastante idiota y resentido, ni que los brasileros son snobs o indios o analfabetos o workaholics o desempleados alcohólicos o rentistas o gays o travestis o drogradictos empedernidos o dealers peligrosos o bailarines metrosexuales o racistas o que hablando de eso un país donde casi todos son negros y en la tele sólo hay blancos (brancos) se convierte instántaneamente en un país tremendamente racista, ni que envidio su clima denso y monocromático y eternamente estival ni que el caipirinha es un trago tremendamente superior al fernet pero también infinitamente más trabajoso y que me volví bastante bueno haciéndolo ni que toda la prensa brasilera es como el pasquín Crónica multiplicado por cien ni que volvería cuando pueda tal vez en julio a este país maldito que es como un Perú gigante con algunos toques de Colombia ni que esto es demasiado adolescente ni que me encarinié un poco con los ingleses, o sea, no voy a afirmar nada de esto porque sería un terrible prejuicio, una mera impresión arribista y portenia, es decir una estúpida equivocación en la decodificación de la tribu, lo que no implica que mis impresiones de etnólogo sudaca afrancesado, frustrado y etilizado no puedan contender al menos ciertas dosis mínimas de verdad.
1 comentario:
bien ahi eh!!! bien ahi!!! escupa escupa q esta lejos!
y si se puede, transforma la energia mala en buena...
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