También, ya que está, hace mea culpa y les manda un saludo fraternal a sus compañeras del movimiento que residen en Lavallol, a las que conoció la semana pasada en el Bar Guebara y cuando ellas, tras preguntarle cuál era su postura sobre el campo, le dijeron:
- Ah, sos un campesino...
A Viperino se le soltó la cadena y respondió:
- Y ustedes son unas negras de mierda.
Suerte que después, pivoteando entre el caipirinha y el fernet, se puso a conversar con una rubia de Barrio Norte que le dijo:
-Ah, sos tartamudo...
- Sí, y vos sos una gorila de mierda...
Viperino hace un fondo blanco de su vino blanco con hielo, mira la hora trasnochada y, quizás con su incipiente y ambivalente ideología peronista algo exacerbada por haber chateado un rato con un integrante de La Contrarreforma, grita para sí:
- Luche y vuelve! Combatiendo al capital, compañeros!
4 comentarios:
ignorante, sí; gorila, no, querido enrique arturo.
además si soy gorila ahora, a los cuarenta voy a ser nazi como mi abuelo o como el vecino de enfrente...
Bien ahi el sentido del humor
y de acuerdo con las exigencias a los K
Algo importante de tu comentario: "Hasta ahora nadie lo había explicado de ese modo" (o algo así).
Evidentemente es a propósito. El objetivo fiscal o redistributivo es opinable. El antinflacionario, no. Si la discusión fuera por ahí, no habría discusión, ni Plaza, ni cacerolazos, ni lockout.
O por lo menos, no tendrían el apoyo de la clase media (o sólo de los masoquistas)
Linne: no seas veleta che!
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