lunes, 28 de enero de 2008
Viperino se aburre en internet y se pone a buscar citas (sólo para después ponerle fotitos bobas)
"En el fondo es una cuestión de grado – continuó -. En cierto modo, todo es kitsch. En conjunto, la música es kitsch, y el arte, y hasta la literatura. Casi por definición, cualquier emoción es kitsch; pero también cualquier reflexión e incluso, en cierto sentido, cualquier acción. Lo único que no es kitsch en absoluto es la nada."
(La posibilidad de una isla. Michel Houellebecq)
"Pero ahora repito y subrayo que tanto los individuos voluntariosos como los hombres enérgicos son activos porque son estúpidos y limitados. ¿Cómo explicar esto? Pues de la manera siguiente: a consecuencia de su limitación toman por causas primarias las que sólo son secundarias aunque inmediatas y , por lo tanto, se persuaden más pronto y fácilmente que otras personas de que han hallado una base firme para sus actos y con ello se tranquilizan, cosa que, como se sabe, es lo que en realidad importa. Al fin y al cabo, para obrar se precisa ante todo que el individuo esté absolutamente seguro de sí mismo y no tenga duda alguna."
(Apuntes del subsuelo. F.M. Dostoyevski).
"¿Cómo quiere que un escritor sea púdico? Es el oficio más impúdico del mundo; a través del estilo, de las ideas, de la historia, de las investigaciones, los escritores no hacen otra cosa que hablar de sí mismos, y además con palabras. Los pintores y los músicos también hablan de sí mismos, pero lo hacen con un lenguaje mucho menos crudo que nosotros. No, señor, los escritores son obscenos; si no lo fueran, serían contables, conductores de tren, telefonistas, serían gente respetable."(Higiene del asesino, Amélie Nothomb).
"(...) Son los lectores-rana. Constituyen la inmensa mayoría de los lectores humanos y, sin embargo, no descubrí su existencia hasta muy tarde. Soy tan ingenuo. Creía que todo el mundo leía como yo; yo leo igual que como: no significa únicamente que lo necesito, significa sobre todo que entra dentro de mis cálculos y que los modifica. Uno no es el mismo si ha comido morcilla que si ha comido caviar; uno tampoco es el mismo si acaba de leer a Kant (Dios me preserve de hacerlo) o a Queneau. Por supuesto cuando digo “uno” debería decir “yo y algunos más”, ya que la mayoría de gente emerge de Proust o de Simenon sin inmutarse, sin haber perdido ni un ápice de lo que eran antes y sin haber adquirido un ápice de más. Han leído, eso es todo: en el mejor de los casos, saben “de qué se trata”.
(Higiene del asesino, Amélie Nothomb)
(tomadas de estanoesmivida.blogspot.com)
sábado, 26 de enero de 2008
Aire-tierra
Buena fiesta. Jardín cool en darwin, palermo. Una Fap (fiesta after palermo). Gente conocida, pileta, carretilla llena de alcohol, gente linda, bronceada y delgada ( gente LBD). Todos con sus trabajos geniales (publicidad, medio, ong’s, estado, academia) y yo con mi trabajo bastardo. Una soldado más del ejército de encuestadores. Saca el Gregor Samsa que hay en ti. Los encuestadores son cucarachas que viven en sus respectivas casas y esperan el llamado de los coordinadores para salir al campo, a tocar los timbres por la ciudad por un poco de mercancía. Pero es para gente un poco anti-system, gente que siente que no encaja en un trabajo diario de ocho horas promedio (porque no lo quiere o porque no lo consigue o porque siente que no lo podría sostener). De pronto el mundo parece muy chico. Saludo a Moret, que se está yendo, a Kogan, a Mariasch, a amigas de amigas, fumamos y un tipo con lentes negros tipo lennon se nos acerca (igualito a Ron Wood). Se llama Percy, pero yo le digo Ronnie. Tipo grande. Conversa con Sol. Se va. Conversamos sobre un pibe que recicla comida. El hippismo radicalizado. Lara baila con su novio no-hippie, Caro con sus amigos hippie-chics y su primita adolescente llegada del campo que va a estudiar imagen y sonido en la universidad pública. Yo encuentro bajo una palmera mi tesoro oculto: coca y branca. Ariel, que me había acompañado para tomar su parte del botín, se va con su fernet con coca tibio. Yo, más obsesivo en esta, siento que el mundo se divide entre los que tienen hielo y los que no. Encuentro junto a la parrilla un balde grande, de esos que en las fiestas fap tienen muchas bebidas buenas y hielo. Empiezo a buscar hielo en el fondo pero siento una sensación de sequedad.
No te disperses, J, me digo, seguí buscando. Al minuto me doy cuenta que estoy buscando hielo en el tacho de la basura. Bueno, estoy un poco lento, creo que tengo que pegarle una releída a Conan Doyle. O me estoy convirtiendo en otro reciclador de comida. Después la fiesta transcurre pero yo me aíslo un poco para pensar en una nueva 'teoría': la gente se divide en tierra y aire. Benazir Bhutto era aire. Bielsa es tierra. Orteguita es aire. Homero es aire. Kramer, Holden e Ignatius, son aire. Toda la gente que conozco es aire o tierra (a veces según el contexto). A Caro y Ariel la pequeña idea que yo llamo teoría les parece simpática pero a la hora tratan de bailar enfrente de mí en el círculo de conocidos. Las fiestas son muchos círculos de conocidos bailando o conversando que casi nunca se tocan entre sí. Alguien saca algo para fumar, alguien dice que se va (para mi lado, y en auto), camino unas cuadras, llego a casa y escribo otro post idiota.
Friday
12 del mediodía. Shalom, Castelli y Vicente duermen en reposeras al sol. Cecchi jr., Levin y yo damos vueltas en la pileta. Facturas, panaderas lindas y un buen jardín con pileta (Mati tiene grandes ideas al amanecer). Hace doce horas empezó el brindis por el cumpleaños de Urman (que quebró, por primera vez en su existencia, según algunos allegados, hace siete horas aprox.; hace cinco horas comimos el asado en lo de castelli). Coincidimos en que es uno de los mejores afterhours de viernes que hemos pasado. Llega el mini-intendente del edificio y nos echa (la regla es dos invitados por propietario, y yo ni siquiera soy owner, sino hijo). Nos vamos. En la puerta, el mini-intendente (arquitecto y socio constructor del lugar) se saluda con Shalom (fueron compañeros de primaria). Una mañana extraña. Un viernes largo. Ahora, a dormir.
Viperino se masturba con...
jueves, 24 de enero de 2008
martes, 22 de enero de 2008
Este verano te mato
en línea
che, decime la verdad? Estoy gorda?
dale, en serio
mirame, no te rías
estoy hecha una vaca
por eso podés contarme las costillas
así no voy a cogerme a nadie
pero no importa
por suerte el doctor me pasó una dieta fa-bu-lo-sa
hilo, aguja, y todas las temporadas de bulimic housekeepers
y alarma en la heladera
ah, y agua oxigenada
para que no se me infecte la boca
domingo, 20 de enero de 2008
Lamberti
Karate
Mi primer profesor de karate no importa:
tenía rulitos y bigote. Terminaba la clase más temprano
para irse a ver telenovelas con su mujer. Uno de esos tipos.
Ahora está durmiendo, durmiendo en la colina.
El segundo profesor luce también apellido italiano.
En el comedor de su casa, me dijeron, colgaba la foto de un
maestro japonés
vigilando con mirada japonesa los almuerzos familiares.
Ahora está durmiendo, como todos, durmiendo en la colina,
pero en aquel entonces nos daba lecciones de honor.
Un martes no vino a la clase, y poco después se supo,
que había disparado a su mujer, que tenía cáncer,
y luego se había disparado a sí mismo, y que el auto
donde estaban quedó estacionado
al borde de la ruta. A la semana siguiente
un nuevo profesor lo reemplazó, un tal Fabianni
que se tomaba el trabajo a la ligera, y dejé de ir.
(Luciano Lamberti, en Córdoba-Buenos Aires-Rosario, AA.VV, 2006, Ed. Funesiana).
sábado, 19 de enero de 2008
Godoy: el primer neobeatnik
los ronzoni
resolvían
los pleitos
vecinales
con un "mano a mano"
- yo con mi hijo
contra vos y el tuyo
los gonzalez
el mono
llegó con los ojos
hinchados de llanto
al entrenamiento en hindú
manolo
lo cagó a cintazos
porque se le cayó
un tacho de pintura
sobre la alfombra
del living
la banda
(III, fragmento)
bajo
la cama
mientras
arriba
el muñeco
coje
con su novia
-hay como me gusta
decía la nena
después se casó con un mormón
(En Córdoba-Buenos Aires-Rosario, Ed. Funesiana, 2006, AA.VV).
Faunitas 54
Todos estos años oí un corderito balar antes de dormir.
Ahora estoy en tu balcón (¿Cuantos habrán estado?)
Tres de tus bombachas cuelgan de una soga y algunas
medias de nena con florcitas.
La expoliación del encanto es un efecto instantáneo.
Veo que la Caléndula semilló en las macetas que están abajo.
Algunas cosas que cambiaron de lugar o de sistema,
como el tacho de basura que ahora es un balde azul.
Veo que la Peonía desparramó sus pétalos y traté de barrerlos
y preferí que no. También hay algunas plantas nuevas
rescatadas, transplantadas.
La multiplicación de la célula.
Leí que el estado establece la plataforma
del lenguaje en el que te escribo. Y otras cosas que duelen.
Veo por la ventana, lo que el año pasado era
una mujer embarazada y ahora es una madre sentada con su cría
mirando hacía abajo las gotas caer.
A veces vemos todo fuera del radio selvático y
nadamos porque estamos bajo agua.
Veo como haces la tarea con tus amiguitos y escucho
que me hablan, pero me desentiendo
y los obligo que me digan dos o tres veces las cosas.
La despedida estuvo floja.
Pero no quise decir nada para no ser, otra vez, el malo.
¿Qué esperamos que los demás hagan por nosotros?
El viaje estuvo bien, me encerraba en el baño a fumar y jugaba a que
el tipo de la limpieza no me descubriera. El compañero de asiento
tenía candado a lo garca y no paraba de hablar de sus “minitas”.
Decía que era bailarín de tango. Me habló de la energía del cuerpo
y de las nuevas técnicas europeas de masajes faciales
para calmar los dolores del cuerpo.
Un rey debe ser lujurioso y brutal.
En el tren los ventiladores, en su lento movimiento
de hélices, no permitían distinguir
si se detenían o arrancaban
y en ese pensamiento me dormí.
Así se imprime una tela:
la libertad rebelde es para quienes pueden soportarla.
Acá sigue todo igual.
Mi dentista cuelga en las paredes del consultorio los dibujos que le
hacen sus pacientes mas pequeños.
Y la materia se expande a su ritmo,
a veces lento, a veces rápido pero siempre tira.
Faunita 53
Las últimas semanas estuvieron duras
y te extrañé mas de lo necesario.
Suelo escribirte cuando te extraño.
Veo como crecen los brotes
la natural dispersión de la materia que se expande.
Veo a mi madre con su camisón nuevo preparando cajas para encomiendas.
Habla sola, se da órdenes, se reta, se felicita:
lentamente aparece el nervio de la historia.
Veo una pila de sábanas sobre el sillón y un libro abierto boca abajo en la cima.
Ayer mientras hablábamos por teléfono revisé fotos viejas
en el baúl de mi padre. ¿Porqué escondimos el vigor?
Esas preguntas que complican todo.
Noté que siempre hay una edad que no tiene registro.
Que se ha perdido en el horizonte de nuestra historia
y no está en ningún lado.
El año pasado por esta época también te escribía poemas,
es que todo sigue el ritmo de las estaciones.
Veo un parlante desarmado sobre el escritorio y la caja
de herramientas abierta al lado.
Veo que hay dos escobas, una vieja para barrer el patio
una nueva para barrer adentro.
Todo se contamina si lo miramos dos veces. Es el problema de las relaciones,
de la literatura y la política.
Hay que tener coraje para gobernar este derrumbe.
Veo la bermuda que me hiciste con un pantalón inservible.
Veo el paico que semilló y ahora se extiende por todo el patio.
Veo a mi hermano en la cocina tocando canciones de los Beatles
con un cancionero nuevo al contrapunto de los ruidos de la tele encendida.
(en www.cralo.blogspot.com, Literatura de subsistencia, blog de Godoy).
viernes, 18 de enero de 2008
Casas: The last beatnik
Algunos se reprodujeron.
Otros comprendimos
que el dolor es la distancia
entre el dolor y la nada.
(Oda, Fabián Casas, Ed. Eloísa Cartonera, fragmento).
Sin llaves y a oscuras
Era uno de esos días en que todo sale bien.
Había limpiado la casa y escrito
dos o tres poemas que me gustaban.
No pedía más.
Entonces salí al pasillo para tirar la basura
y detrás de mí, por una correntada,
la puerta se cerró.
Quedé sin llaves y a oscuras
sintiendo las voces de mis vecinos
a través de sus puertas.
Es transitorio, me dije;
pero así también podría ser la muerte:
un pasillo oscuro,
una puerta cerrada con la llave adentro
la basura en la mano.
Me detengo frente la barrera
Me detengo frente a la barrera.
Es una noche clara y la luna se refleja
en los rieles. Apago las luces del auto.
Está bien, pienso, es bueno que nos demos un tiempo.
Pero no comprendo nuestra relación;
no sirvo para eso. ¿Acaso serviría de algo?
Tu padre está enfermo y mi madre está muerta;
pero igual podría ir y tirarme encima tuyo
como todas estas noches. Eso es lo que sé.
Ahora la tierra vibra y un tren oscuro
lleva gente desconocida como nosotros.
Improvisados
Estamos abrazados en una cama improvisada en el piso.
Tus ojos están cerrados; pero no sé si dormís.
Este es tu cuarto de soltera,
un lugar agradable, neutral.
Por la ventana suben los ruidos
de un día que empieza a moverse.
La ropa permanece arrugada, a un costado
ignorando la farsa de dar y recibir.
Una oscuridad esencial
Hay una oscuridad esencial en esta calle.
Un único farol ilumina el contorno
y árboles domesticados, altísimos,
producen una música de acuerdo al viento.
Miro a mi perro,
una conciencia a ras del piso
que hurga y mea en la tierra
y pienso en mí, hundido
en el lenguaje, sin oportunidad,
sosteniendo una correa que denota
lo que fue necesario para estar unidos.
Una canción que no recordás
Acelerás despacio,
el aire en la cara te reconforta.
A tu derecha, una heladera de coca cola
ilumina la estación de servicio.
Un colectivo, amarillo,
cruza lentamente la calle.
En la radio, los Beatles
cantan una canción que no recordás;
una cucaracha flotaba en el café
cuando vaciaste la cafetera.
Doblás y tomás por una calle oscura,
el empedrado te sacude un poco
y el ruido liso que te acompañaba
es ahora un leve repiqueteo.
¿Qué es lo que hace
que una vida funcione y avance?
Alguien, unos metros delante tuyo,
hace señas para que te detengas.
Esperando que la aspirina
Esperando que la aspirina empiece a trabajar,
que acomode los cuartos, que revuelva el café
y que traiga a mi madre, fresca
a esta tarde de agosto
hojeo revistas estúpidas, escucho discos viejos
me pregunto en qué momento
los dinosaurios sintieron
que algo andaba mal.
Tratando de sepultar
Tratando de sepultar la narración de nuestros padres
se va la adolescencia.
Después pagamos para que la recopilen
y nos digan que podemos ser mejores.
¿Por qué sueño con perros?
¿Por qué me aburren las tardes
y no puedo hablar con mis amigos?
Mientras tanto, la mujer cocina
y el marido se masturba en el baño.
La dicha se engendra
en el corazón de lo trivial
y a veces alguien muere,
a oscuras, en un cine.
Pogo (fragmento)
Pienso en la rutina de los parques,
los besos, los paseos al aire libre,
la oscuridad del cuarto
en el que mis viejos se convirtieron en hermanos.
Los días se apilaron entre algodones
como pastillas en un frasco.
¿Nos van a venir a visitar más seguido?
¿La pasaron bien? ¿No te molestó
que te dijera esas cosas?
"No", digo. El violín finísimo
de un mosquito orbita mi cabeza.
¿Cómo pudo escapar del invierno?
¿Cómo podremos alguna vez
escapar de este cuadro?
Distribuimos nuestro tiempo
entre el miedo a la muerte y el miedo
a los demás; la gramática
incomprensible de una reunión de amigos.
Pongámonos los sacos,
saludémonos, deseémonos suerte
y salgamos a la calle
bajo el abrigo confortable de la psicología.
(El Salmón, Fabián Casas, Ed. Mansalva, selección).
Masters of pop
- Señorita, Krabappel, ¿cómo sé si estoy enamorada?
- Ja ja, descuiden. La mayoría de ustedes nunca se enamorará, sólo tendrán miedo de morir solos.
- ¿Qué quién soy? Digamos que un ciudadano decente con demasiado tiempo libre.
(Bart, haciendo una cruel llamada anónima).
Homero (pegándole a la televisión): ¡Maldito Aparato! ¡Sé más gracioso!
(Bart's friend fall in love, Los Simpsons, temporada 3).
miércoles, 16 de enero de 2008
Heroin
Ah, la felicidad, bueno. Un verano más en la baticueva. Iba a hacer tantas cosas this summer 08 y al final... lo de siempre. Dormir, algún asado, chequear cada vez más cosas para nada (mails, casilla de teléfono fijo, de celular, blog), películas (en lo posible asiáticas), series (miro los clásicos franceses y norteamericanos en el videoclub y se ven tan aburridas, y las novedades, los nuevos thrillers de hollywood además de una basura son aburrídisimos: maldita sea, otra vez bajo el imperio de las series: Prison break, y esperando Lost, una serie cuadrada, pero cuando estás adentro, estás adentro, deberían darte los primeros capítulos gratis, cual dealer marketinero, después no hay retorno), literatura (Vonnegut, Ramos, Fisher, Terrasa, Aira, Vian) e internet, que es como el supermercado: entrás y terminás consumiendo una cantidad de mierda infinita que ni siquiera sabías que existía (o que querías). Hago encuestas de Coca: todo bien, la gente vendería el alma por un par de esas botellitas alienantes, me firman un documento de confidencialidad, etc. Una señora más paranoica me dice: mirá, no tome las botellitas, porque no dice en ningún lado Coca. Señora, ¿para qué cree que voy a darle botellitas y mentirle? ¿Cree que lo hago por diversión? Para eso estaría en mi casa viendo porno (o alguna serie idiota), que también dejan una sensación de vacío pero al menos no tengo que cargar estas botellitas de mierda y tengo el baño más cerca. Le digo algo así pero en versión soft.
Ah, bueno, entonces sí, dice. Bueno, señora, ¿nos vemos el sábado entonces? Sí, sí. Por unas monedas uno se convierte en un agente del mal navideño. Y en un experto cocacolero. Sí, ¿vio? Tiene un gusto similar a la light. Ah, sí, a mí también me gusta más la común. Ay, pobrecito, ¿tenés que cargar todas las botellas vos solo? No, tengo un duende invisible que me lleva un par, ahí está, ¿no lo ves?
Bueno, unas preguntas más y terminamos. ¿La coca sería tu amiga, tu amiga íntima o tu amiga inseparable? Sí, ya sé, es una pregunta absurda. No, para un vecino del edificio era su amiga íntima: una vez hubo una amenaza de incendio y todos salieron a la calle con su objeto más importante, no había tiempo para agarrar más cosas, y mi vecino salió con la coca. Mirá vos (será cierto lo de las hojas de coca de las que se queja el Evo: a nosotros nos persiguen, a coca que usa millones de toneladas no le dicen nada).
Ah, qué bueno, los gentiles muchachos de hotmail me avisan de un nuevo mensaje. Entro, desesperado. Computrabajo, 4807 nuevos empleos (que te esperan a ti) y, sorpresa, son todos una mierda. Las encuestas son bastante blaxplotation pero pagan como el doble de todos estos nuevos empleos. Ahora entiendo porque mis amigos de la facultad de sociales votan todos a Kirchner: no son peronistas de derecha como pensaba, son maoístas, aguante el trabajo esclavista para todos. Tanto Althusser y Foucault mezclado con mucho calor y coca puede tener efectos nocivos en algunos jóvenes porteños.
sábado, 12 de enero de 2008
La bolsa o la vida
Salimos de un bar en Devoto, algo borrachos. No está el auto, dice Vanoli. Lo buscamos, por las dudas, pero no está. Antiflash, pienso, o pensamos. El trabavolantes nunca fue un gran obstáculo (por suerte tenía seguro). El guardia de la cuadra dice que no vio nada. Qué hijos de puta, repite. Y antes: a ese de la camioneta 4x4 le chiflé porque es el hijo del comisario, dice. Shalom se muestra bastante tranquilo, por suerte. Sospechamos que el guardia -gordito zaparrastroso con cara de bonachón- tiene algún tipo de arreglo. Vamos a la comisaría en taxi. El chofer del peugeot 504 dice que es zona liberada, que el otro día fue a hacer no sé qué denuncia y había ocho personas denunciando robos de autos. Ocho, repite. El agente, cuando hacemos la denuncia, nos dice sí, roban muchos autos por acá. Vanoli me pregunta la hora, porque en un rato se va a Brasil. Yo pienso: chau, Shalom-móvil, chau, tantas noches juntos. Caminamos para Nazca y Mosconi y por un momento nos lamentamos más por todos los libros que teníamos en el asiento de atrás que por el gran Duna: 1 Cheever, 1 Palanhiuk, 2 Casas, 1 Mairal, 1 Tabarovsky y 1 Incardona. Bueno, igual casi todos eran robados. Al menos los chorros quizás se copan y leen un poco de buena literatura. Quién sabe. Con el de Casas o con Palahniuk o con Incardona quizás se enganchan. Una vez me quise robar un Mairal, pero era una librería de usados en Corrientes y el viejito me dio pena. Nunca fui bueno para esas cosas. Demasiado superyo. Creo que era el mismo libro que se llevaron hoy. Quizás lo robaron por los libros (y por los repuestos del Duna, sí, también, pero todo suma). Quizás eran chorros fans de la literatura joven y/o moderna. Volvemos en el ochenta. Viaje un toque agrio, pero mañana será otra noche. Fija que no deben haber robado otro auto con tantos libros -buenos- en el asiento trasero. Y quizás haya sido el primer Incardona robado. Pero por suerte habrá más, eso seguro.
sábado, 5 de enero de 2008
26
De lo que leí en Neuquen fue lo que más me gustó. Afinidad, supongo. Primero pensé es el Urman neuquino. Pero no, no tiene esa seguridad ni esa lucidez demoledora. Le gusta mucho el alcohol, eso sí. Ahora pienso que podría ser mi doble neuquino, aunque en realidad es él, que, a diferencia de mí, hace tres años que pasó sus 26.
Se había convertido en una figura mítica. El 26, el primer día que llegamos a Neuquen fuimos a una plaza, nos subimos a los juegos en el arenero para que un fotógrafo nos saque una foto para el diario de Río Negro. Alguien gritó ahí viene Watkins, esperen. Watkins llegó justo para la foto, saludó, dijo que iba a dormir una siesta y nunca más volvió hasta el domingo 30 de los Villancicos vrutales II. Su lectura no fue de las que más me gustó, pero su libro (pequeño, transparente, conciso, honesto) me encantó. Regaló e intercambió algunos ejemplares de su libro a/con algunos 'porteños'. Cuando se enteró de que yo lo había comprado, me dijo que vuelva a agarrar esa plata, que la gaste en cerveza, y que él me regalaba el libro. Pero compré otra cerveza y me olvidé. El último en leer fue Oyola (un capítulo de Chamamé), el presentador (Levin) cerró la noche y Watkins, acodado en la barra de afuera, dijo qué buen quilombo que armó Jaramillo. TW forma parte de un grupo de poetas neuquinos llamado "Celebridades".
Lo de Jaramillo y los hermanos Kalamicoy también me gustó mucho. De lo que escuché o leí de la poesía neuquina, me pareció más politizada y lírica, y eran más, eso sí, en el bando porteño eramos casi todos narradores (salvo Chavar y, en este caso, Levin) y ellos, los neuquinos, los otros trece aprox que hacían los maratónicas 27 lecturas, eran casi tod@s poetas. En fin, el río, la ciudad, los bares, los asados, la gente, el albergue municipal y el viejo teatro (un bar) que consiguió Jara, las bandas, todo muy lindo.
El resto, conversaciones, humor, alguna discusión, lecturas, canciones (los tangos de Levin, las baladas de Urman, las improvisaciones de Valle, Funes y los anteriores dos, el grunge de Jara, las de Alanis Morisette de Guillermina), el tutti frutti mental de Urman, el potente cuento porno que nos leyó Vigna (La Creciente organizó un concurso de cuentos porno llamado Carne -primer premi: quince kilos de asado; segundo, dos de chorizo- y Vigna sacó la primera mención), las fotos y el humor de la Maga y Lunita, pegar carteles del evento en la avenida Argentina, el estado Rombolá (su modo de leer su lista de cosas para hacer en el verano), los tatuajes de Sasha, novio de Nadia, que es amiga de Paz, que es novia de Levin, Castelli marcando los pasos de tango mientras leía en el patio del bar neuquino, Cecchi con el micrófono en una mini pileta, abrazando a una jirafa inflable que llevó para su lectura, perder cuatro cervezas contra Levin (un maestro de la improvisación, para presentar lecturas o para jugar al truco), Urman, Chavar y Funes yéndose al amanecer al casino de Cipoletti. Siempre un toque de marihuana y siempre mucho mucho alcohol. Algunos nos volvimos a la semana y otros siguieron rumbo hacia Junin de los Andes y otros lugares. De todos modos, esto no es mucho más que un comentario sobre 26, la crónica posta del viaje la hará Funes.
Ah, feliz año y todo eso (quisiera conseguir una foto de Urman besando al lechón que Funes y Valle hicieron para año nuevo pero todo no se puede).
"¿cuántas veces 26?
¿cuánto hay de belleza
o de odio al instante?
Porque no es
lo que nos hacen creer
no hay ídolos que arrancar de cuajo
no hay vírgenes aguardando en los campos
no es material de quinielas
tampoco shakti
ni comidas light
ni copetín al paso
la cábala se arremanga los lienzos
buscando justificarse
y por qué
si no hay más que un período de barbas
y pelos que se caen
algún éxito escolar
arando tu cabeza
la panza sin pedir permiso
se alimenta de las formas
que añorás del pasado
todo se cae
¿y por qué el idioma de los chicos
del amor y de los árboles
se volvió a dormir la siesta a cualquier hora?
también
desvelarse sin motivos
o notar que la voz ya está vieja
comparamos la alegría
con los bocetos que de ella
enterramos en el patio
cuando hablábamos el idioma de los chicos
cuántas veces 26
y para qué
*
volvemos a empezar
cada mañana
los años nos van dejando
una herida recostada en la frente
de ella se alimentan
y de tus dudas
las pesadillas duraderas
26 es lo inmediato
una lengua de hielo en tu cuello
26 son las formas
de estallar
después de 26
en soledad en caída libre
llevaremos el deseo de la mano
esperando
*
bebo
ya se fue la luz del día
me contenta saber
tu nombre y este miedo
bebo
mi hígado tiene el tamaño del mundo
es el vino
lo que te mata y te hace más fuerte
(...)
el vino se acabó
voy a dormir
para soñar una bodega
que lleve mi apellido
cuando estás borracho
sos una babosa vertical
que se frota en las paredes del contexto
lasciva como el que va lento
a ninguna parte"
(26, fragmento, Tomás Watkins, poeta neuquino, Ed. el suri porfiado, Bs. As., 2007).
(Fotos de Zina y Oyola).