lunes, 6 de diciembre de 2010
Aquiles también le está ganando la batalla al tabaco
'Dejar de fumar tabaco tiene demasiada mala prensa. La cuadrícula temporal de la nicotina se desvanece en el acto. Desde la primera hora estás frente a un nuevo uso de vos mismo y tenés, en el caso de consumir más de un atado diario, el quíntuple de energía. Cada minuto que pasa, la voluntad y el ser se felicitan, la piel se suaviza y una saliva prístina pareciera empezar a baldear la casa después de muchos años de abandono.'
Llega el verano y la amenaza siempre late. Ante el menor signo de angustia o crisis, unas células adictas en el cuerpo susurran: tabaco... pucho... pucho. Pero nos mantenemos firmes, queremos poder salir a correr, poder correr un pique en la canchita dentro de unos años, poder disfrutar de una ensalada o pastas o carne al horno como Dios manda (con un olfato decente), no agitarnos por cualquier cosa, no estar pendientes todo el tiempo de dónde está la cajita, el fuego, a qué hora cierra el kiosco, cuánto aumentó, qué marca uso, cuántos fumé, cuánta tos y moco tengo, podré correr junto al equipo, podré tener una performance digna, qué pasa si no se puede fumar, y si me enfermo. Keep it simple. Sacate un problema de encima. Ahorrá vida, $ y empezá a disfrutar de otras cosas.
jueves, 16 de septiembre de 2010
En defensa del derecho a no-fumar
Cerca del año sin fumar ya no parecen quedar las ganas de consumir las sustancias en sí. La sangre latiendo como vampiresca porque en el aire hay aroma a nicotina. No, nada de eso. Nada más cierta nostalgia en forma de deja vu por la frescura afectada de ciertos fumadores, esos de exhalación relajada que podrían hacer círculos de humo en el aire. Pero hay otros modos más sanos de lidiar con la angustia oral. Sonará algo new age pero la canastita con mandarinas y manzanas es una opción realmente refrescante sin ninguna contraindicación. El mate sigue siendo un compañero de fierro. Y los problemas de siempre, pero un problema menos. No hay que limpiar cenizas por toda la casa, ni ceniceros sucios y asquerosos, ni estar pendiente de cuántos cigarrillos quedan, o cuántos fumé, o fumaré, o si me dejarán fumar allá adónde voy. Mis amigos tabaquistas se enojan porque no los dejo fumar en el living. Compartimos la adicción por años y ahora se quejan de eso, de este repentino cambio, esta supuesta traición. A veces dicen que están acostumbrados porque sus parejas les hacen lo mismo, los obligan a irse afuera para fumar. El fumador muchas veces no tiene conciencia de lo molesto que es el humo -y lo tóxico- para alguien que no es adicto, que no gusta de esas sustancias cancerígenas, ni de ese particular olor a humo pútrido, a cuerpos en descomposición, a cáncer trabajando. Pero cada uno es libre, claro. Siempre que no me fumes en mis narinas. Pensemos que fuese otra droga: marihuana, cocaína. O esos cigarrillos forbidden que se fumaban tanto el otro día en el Luna Park (en el recital de Las Pelotas, o abuelito Daffunchio & friends). El mítico nevadito. Lo que en Montevideo dirían medio y medio. Con mis amigos tabaco-adictos llegamos al acuerdo de que podían fumar uno (o dos). Pero imaginemos que alguien llega a la casa de un fumador de nicotina y alquitrán (un señor que sostiene dos ilusiones: legalidad y longevidad) y este invitado empieza a fumar nevaditos uno atrás de otro. El tipo tiene cara de Silva y es hincha de Velez, plateísta, ex delantero, te mira con cara de que tenés alma de policía botón y fuma sin parar. Bueno, sería parecido. La legalidad es una cuestión de quien maneja la producción y distribución. Y quien consume: o sea, qué sustancias consume el dueño de casa.
Recuerdo a una locataria -suegra de un gran joven escritor- que nos alquiló una maravillosa casa en el conurbano. La dueña tenía EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), un reconocimiento vitalicio que te da el club del buen tabaco después de pagar la cuota por varias décadas, y se quejaba de que una vez, en pleno invierno, había ido a una cena y la dueña de casa la había hecho fumar en el balcón. Nunca se lo había perdonado.
Del mismo modo que la adicción a la cocaína suele esconder un profundo alcoholismo, la adicción al tabaco suele esconder una depresión. Algunos la llevan mejor que otros. Otros tienen otras adicciones, otros síntomas. Quien esté libre de adicciones, que arroje el primer comment. Pero reconozcamos que hay adicciones más invasivas que otras: la cocaína, por ejemplo, te vuelve agresivo y miserable, te hace chuparte los mocos mezclados con sangre y coca, te da insomnio y te vuelve sólo sensible a las radiaciones merqueras. Pero si el resto del living no consume, te vas al baño, calladito, a mojar tus aletas en el maravilloso polvo de la antidepresión. Y todo lo que sube, baja, y bajar es lo peor, como escriben en Página. Pero el tabaco es una serie de cilindros con un humo nauseabundo que encendés y fumás a repetición, con el divertimento narcisista, infantiloide y sádico de tirar el humo hacia los más no-fumadores. A cada uno el marketing le pega por distintos lados. Y en distintos momentos. Yo fui el muchacho sádico que te tiraba humo si criticabas y escupía a los no fumadores. Ahora que me dedico a la jardinería, soy el chico budista y algo afeminado que te pide que recojas los filtros que tiraste en el balcón. Pero vos por suerte seguís siendo un chico viril de calendario, fanático de las Harley, los Camel, las películas de acción, el hardcore más cruel, el humor de machos, y tu delicioso cinismo de banda ancha. Y vas a vivir por siempre porque sos una mezcla de Jason Statham con Peter Pan. Bueno, si sos indestructible no te hará nada pasar unos minutos en el balcón. Cierro porque hace frío. Ah, y no hay wi fi. Que te vaya bien.
lunes, 6 de septiembre de 2010
miércoles, 18 de agosto de 2010
martes, 10 de agosto de 2010
lunes, 19 de julio de 2010
miércoles, 7 de julio de 2010
sábado, 26 de junio de 2010
Más allá de la barrera de los seis meses sin fumar
sábado, 19 de junio de 2010
martes, 8 de junio de 2010
Casi 6 meses sin consumir los cilindros de pasto industrial con veneno para ratas
viernes, 26 de marzo de 2010
Don't get me down
domingo, 14 de marzo de 2010
Lost
miércoles, 10 de marzo de 2010
Seguimos con el amarillismo anti-T (desde el limbo nos manda su adhesión un fumador arrepentido: fuerza, Cacho!)
El cantautor Humberto Castagna, más conocido como Cacho Castaña, fue internado de urgencia anoche en una clínica del barrio porteño de Belgrano, en la que comenzó un "chequeo cardiovascular" relacionado con su adicción al cigarrillo, informó a DyN su médico personal Alfredo Cahe. Según trascendió, el autor de Café la Humedad ingresó en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA), situado en la calle Blanco Encalada 1543, luego de haber sentido un fuerte dolor en el pecho.
"El problema de él es el tabaquismo", resaltó el profesional al referirse a la enfermedad producto de la cual falleció el cantautor Roberto Sánchez, más conocido como Sandro, el 4 de enero último.
Cahe trató de quitarle trascendencia al problema de salud de Castaña, sosteniendo que su internación "estaba prevista, ya que tenía este lapso libre entre sus presentaciones". El último 6 de noviembre, el cantautor había sido internado en el Sanatorio Los Arcos para un chequeo médico debido a cálculos renales. Además, el 15 de abril anterior, también fue internado en el mencionado sanatorio, luego de que sufrió un cuadro de descompensación general.
Cacho Castaña había sido asistido en septiembre de 2008 en el mismo centro de salud, por bronquitis aguda. En 2005, el cantante popular fue intervenido quirúrgicamente por un equipo de cardiólogos que le colocaron tres stents.
Fuente: DYN
martes, 23 de febrero de 2010
El tabaco y la sabiduría de mi amigo Matías C
pensé que estaba haciendo méritos suficientes para dejar de fumar pero leyendo a viperina, veo que es un partido largo, de visitante, con una barrabrava enemiga que te tira seductoras botellas de whisky. primero me sorprendió tantos tips y tecnicismos, después el encantador grado de delirio que produce la ambstinencia..."los jugos te dan aspecto más caribeño", dejar la matrix del lado oscuro, la ducha diaria que favo orece la higiene. En fin, como humilde aporte creo que el cigarrillo nos vuelve menos osados. En vez de encarar a una mina, te prendés un pucho. No entendés algo y en vez de pensar desde otro lugar, buscar cierto pensamiento lateral, sublimás con tabaco. matias
21 de febrero de 2010 19:17
lunes, 22 de febrero de 2010
Las mejores 5 sitcoms de la historia
domingo, 21 de febrero de 2010
Dick
sábado, 20 de febrero de 2010
Mujica: entre Gramsci y Galeano
Queridos amigos:
La vida ha sido extraordinariamente generosa conmigo.
Me ha dado un sinfín de satisfacciones más allá de lo que nunca me hubiera
atrevido a soñar.
Casi todas son inmerecidas. Pero ninguna más que la de hoy: encontrarme ahora aquí, en el corazón de la democracia uruguaya, rodeado de cientos de cabezas pensantes.
¡Cabezas pensantes! A diestra y siniestra.
Cabezas pensantes a troche y moche, cabezas pensantes pa’ tirar pa’ arriba.
¿Se acuerdan de Rico Mac Pato, aquel tío millonario del pato Donald que nadaba en una piscina llena de billetes?
El tipo había desarrollado una sensualidad física por el dinero.
Me gusta pensarme como alguien que le gusta darse baños en piscinas llenas de inteligencia ajena, de cultura ajena, de sabiduría ajena.
Cuanto más ajena, mejor.
Cuanto menos coincide con mis pequeños saberes, mejor.
El semanario BÚSQUEDA tiene una hermosa frase que usa como insignia:
“Lo que digo no lo digo como hombre sabedor, sino buscando junto con vosotros”.
Por una vez estamos de acuerdo.
¡Si estaremos de acuerdo!
Lo que digo, no lo digo como chacarero sabiondo, ni como payador leído, lo digo buscando con ustedes.
Lo digo, buscando, porque sólo los ignorantes creen que la verdad es definitiva y maciza, cuando apenas es provisoria y gelatinosa.