Neurosis digital o autismo positivista

lunes, 6 de diciembre de 2010

Aquiles también le está ganando la batalla al tabaco



'Dejar de fumar tabaco tiene demasiada mala prensa. La cuadrícula temporal de la nicotina se desvanece en el acto. Desde la primera hora estás frente a un nuevo uso de vos mismo y tenés, en el caso de consumir más de un atado diario, el quíntuple de energía. Cada minuto que pasa, la voluntad y el ser se felicitan, la piel se suaviza y una saliva prístina pareciera empezar a baldear la casa después de muchos años de abandono.'



Llega el verano y la amenaza siempre late. Ante el menor signo de angustia o crisis, unas células adictas en el cuerpo susurran: tabaco... pucho... pucho. Pero nos mantenemos firmes, queremos poder salir a correr, poder correr un pique en la canchita dentro de unos años, poder disfrutar de una ensalada o pastas o carne al horno como Dios manda (con un olfato decente), no agitarnos por cualquier cosa, no estar pendientes todo el tiempo de dónde está la cajita, el fuego, a qué hora cierra el kiosco, cuánto aumentó, qué marca uso, cuántos fumé, cuánta tos y moco tengo, podré correr junto al equipo, podré tener una performance digna, qué pasa si no se puede fumar, y si me enfermo. Keep it simple. Sacate un problema de encima. Ahorrá vida, $ y empezá a disfrutar de otras cosas.

jueves, 16 de septiembre de 2010

En defensa del derecho a no-fumar



Cerca del año sin fumar ya no parecen quedar las ganas de consumir las sustancias en sí. La sangre latiendo como vampiresca porque en el aire hay aroma a nicotina. No, nada de eso. Nada más cierta nostalgia en forma de deja vu por la frescura afectada de ciertos fumadores, esos de exhalación relajada que podrían hacer círculos de humo en el aire. Pero hay otros modos más sanos de lidiar con la angustia oral. Sonará algo new age pero la canastita con mandarinas y manzanas es una opción realmente refrescante sin ninguna contraindicación. El mate sigue siendo un compañero de fierro. Y los problemas de siempre, pero un problema menos. No hay que limpiar cenizas por toda la casa, ni ceniceros sucios y asquerosos, ni estar pendiente de cuántos cigarrillos quedan, o cuántos fumé, o fumaré, o si me dejarán fumar allá adónde voy. Mis amigos tabaquistas se enojan porque no los dejo fumar en el living. Compartimos la adicción por años y ahora se quejan de eso, de este repentino cambio, esta supuesta traición. A veces dicen que están acostumbrados porque sus parejas les hacen lo mismo, los obligan a irse afuera para fumar. El fumador muchas veces no tiene conciencia de lo molesto que es el humo -y lo tóxico- para alguien que no es adicto, que no gusta de esas sustancias cancerígenas, ni de ese particular olor a humo pútrido, a cuerpos en descomposición, a cáncer trabajando. Pero cada uno es libre, claro. Siempre que no me fumes en mis narinas. Pensemos que fuese otra droga: marihuana, cocaína. O esos cigarrillos forbidden que se fumaban tanto el otro día en el Luna Park (en el recital de Las Pelotas, o abuelito Daffunchio & friends). El mítico nevadito. Lo que en Montevideo dirían medio y medio. Con mis amigos tabaco-adictos llegamos al acuerdo de que podían fumar uno (o dos). Pero imaginemos que alguien llega a la casa de un fumador de nicotina y alquitrán (un señor que sostiene dos ilusiones: legalidad y longevidad) y este invitado empieza a fumar nevaditos uno atrás de otro. El tipo tiene cara de Silva y es hincha de Velez, plateísta, ex delantero, te mira con cara de que tenés alma de policía botón y fuma sin parar. Bueno, sería parecido. La legalidad es una cuestión de quien maneja la producción y distribución. Y quien consume: o sea, qué sustancias consume el dueño de casa.

Recuerdo a una locataria -suegra de un gran joven escritor- que nos alquiló una maravillosa casa en el conurbano. La dueña tenía EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), un reconocimiento vitalicio que te da el club del buen tabaco después de pagar la cuota por varias décadas, y se quejaba de que una vez, en pleno invierno, había ido a una cena y la dueña de casa la había hecho fumar en el balcón. Nunca se lo había perdonado.

Del mismo modo que la adicción a la cocaína suele esconder un profundo alcoholismo, la adicción al tabaco suele esconder una depresión. Algunos la llevan mejor que otros. Otros tienen otras adicciones, otros síntomas. Quien esté libre de adicciones, que arroje el primer comment. Pero reconozcamos que hay adicciones más invasivas que otras: la cocaína, por ejemplo, te vuelve agresivo y miserable, te hace chuparte los mocos mezclados con sangre y coca, te da insomnio y te vuelve sólo sensible a las radiaciones merqueras. Pero si el resto del living no consume, te vas al baño, calladito, a mojar tus aletas en el maravilloso polvo de la antidepresión. Y todo lo que sube, baja, y bajar es lo peor, como escriben en Página. Pero el tabaco es una serie de cilindros con un humo nauseabundo que encendés y fumás a repetición, con el divertimento narcisista, infantiloide y sádico de tirar el humo hacia los más no-fumadores. A cada uno el marketing le pega por distintos lados. Y en distintos momentos. Yo fui el muchacho sádico que te tiraba humo si criticabas y escupía a los no fumadores. Ahora que me dedico a la jardinería, soy el chico budista y algo afeminado que te pide que recojas los filtros que tiraste en el balcón. Pero vos por suerte seguís siendo un chico viril de calendario, fanático de las Harley, los Camel, las películas de acción, el hardcore más cruel, el humor de machos, y tu delicioso cinismo de banda ancha. Y vas a vivir por siempre porque sos una mezcla de Jason Statham con Peter Pan. Bueno, si sos indestructible no te hará nada pasar unos minutos en el balcón. Cierro porque hace frío. Ah, y no hay wi fi. Que te vaya bien.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Texto leído en la presentación del libro


Acá.

Gracias a los presentadores, editores y concurrentes.

lunes, 19 de julio de 2010

Greenberg


¿Qué pasa cuando se juntan personas como Baumbach, Jason Leigh, Ifans, Gerwig y Stiller?
Esto. Trailer, acá. Roger Greenberg tiene muchos problemas (pero algunos no, como el tabaco).

miércoles, 7 de julio de 2010

Top six sitcoms (update)


The Simpsons (Matt Groening)


Extras (Ricky Gervais & Stephen Merchant)


Seinfeld (Jerry Seinfeld & Larry David)


Curb your enthusiasm (Larry David)


The Office (Ricky Gervais & Stephen Merchant)




The Big Bang Theory (Chuck Lorre and Bill Prady)

(Nótese que ninguno fuma tabaco).


sábado, 26 de junio de 2010

Más allá de la barrera de los seis meses sin fumar



Este invierno me encuentra con tos y resfrío como todos los años. Pero hay algo cualitativamente distinto. La gripe llegó más tarde y fue mucho más benigna. Pasamos la barrera del semestre sin recaer en la adicción al tabaco. Fue duro, pero ahora portamos en la valijita de los síntomas crónicos un problema menos (basta de ceniceros, cenizas, encendedores, cigarrillos y fumadores perdidos). Y la resaca ya nunca será tan nauseabunda. Y los espacios cerrados tendrán mucho más oxigeno y menos veneno para ratas. Igual, por suerte, a no bajar la guardia. Siempre seremos, de alguna manera, adictos. Como los ex alcohólicos y los ex cocainómanos. Esta droga además no te da nada, sólo pulsión de muerte. No te relaja, no te euforiza, no te desinhibe, no te da confianza, ni sueño, ni te saca el sueño, en fin, una mierda.

¿Por qué ahora pasamos la barrera de los seis meses y antes no? Fuera de que antes estábamos perdidos en medio del continente sudamericano, ahora hay más red, más contención y menos anomia. Y llevamos un diario más focalizado en el tabaco con el que recordamos todas las semanas nuestro mantra de todas las razones por las que inyectarse, aspirar o fumar nicotina y alquitrán es tan estúpido. Nos falta la actividad física fuera del fútbol semanal pero ya lo lograremos. Y un poco menos de Internet. Pero todo al mismo tiempo no se puede.

Los adolescentes, los jóvenes, los adultos y los ancianos fuman por la calle, en los pasillos de las universidades, en las puertas de las empresas y los bancos y las dependencias públicas, y sólo nos da una mezcla de asco, molestia cuando están cerca y lástima. La misma que daría ver a un alcohólico o cocainómano siendo ex adicto de esa sustancia. Teniendo conciencia -la procesión del flash back va por dentro- de todo lo que hicimos para sostener ese aspecto de la neurosis, que se aferra como un alien a la boca y se te mete en el cuerpo y te inocula la sensación de que no podés sacarla más. Los inocentes inicios teenagers frutos de la publicidad y los círculos sociales cercanos. El grupo de pares con demasiado tiempo libre. Los días y noches sin eje, aburrido de la neurosis y los síntomas de siempre, encendiendo cigarrillos para ver salir el humo cancerígeno de la boca, para que pase algo mientras se espera que llegue el colectivo o empiece la película, como si no existieran otros consumos, como las pastillas Refresco o las Multimint, que dejan mucho mejor aliento y no van cancerigenizando tu cuerpo porque no comparten tantas sustancias con el veneno para ratas como el tabaco (más de 200). Don't let tobacco-alien reigns in you.


El resto sigue igual, los problemas de siempre, el mismo ritmo de lectura y de producción, la misma mirada, las mismas actividades intelectuales, pero deconstruimos un hábito maldito que se disfraza de canchero y obliga de alguna manera a sus adictos, igual que el paco o la coca lo hace con los suyos, a simular satisfacción plena sastisfacción como clientes, ninguna queja al producto y ninguna contraindicación.

Pero la realidad es que los pulmones de alguien que tiene treinta y fumó toda la década se parecen a alguien de cuarenta y cinco que diversificó más los consumos. Y son todos pros, es terrible cuando a la distancia, apurás el racconto: los bolsillos siempre están más livianos y más limpios, tu cuarto, tu casa y tu ropa ya no huelen a que tenés un muerto encerrado en el placard o en la alacena, tenés menos producción de tos y mocos, dejás atrás la halitosis crónica, no perdés tiempo buscando y limpiando ceniceros y tenés un gasto fijo menos. Podés marcar al mejor jugador de la cancha y no quedarte con un pulmón en la mano mirando hacia afuera de la cancha, arrodillado, esperanzado en encontrar al DT para pedirle un cambio inexistente.

Y, last but not least, te ganaste, a cambio de unos meses de abstinencia a esa hierba insípida llena de químicos venenosos de la peor industria, una calidad y expectativa de vida considerablemente superior a la que tenías hasta hace unos meses. Y cuando fumás, las veces que fumás, es mucho más divertido.

Sólo conviviste una década con el alien del tabaco. Podría haber sido peor: generaciones pasadas de tu familia convivieron tres décadas con el alien, o toda su vida; el que convivió toda su vida murió a los sesenta, el que dejó a las tres décadas cumplirá 65 y mejoró su rendimiento tenístico.

Demasiados pros para no seguir toda tu vida aferrado a una droga tan aburrida, ¿no?

sábado, 19 de junio de 2010

martes, 8 de junio de 2010

Casi 6 meses sin consumir los cilindros de pasto industrial con veneno para ratas



Estamos cerca de los seis meses sin fumar. Me encuentro con un amigo de la infancia vía Facebook. Los 'casi treinta' nos encuentran con síndromes de abstinencia tabacalera, mate, cierta dificultad en el management de la ansiedad y proyectos de autonomía inmobiliaria a mediano plazo. Nos conocemos hace veinticinco años, o sea que portamos el significante de amigos más antiguos. En un momento de la charla (de la que, eso pasa con los amigos antiguos, no se nota que pasaron años desde el anterior encuentro), él deja el mate para pasar a los chicles de nicotina. Dice que fumaba un atado y medio, que cada cigarrillo tiene un miligramo de nicotina y uno de alquitrán, y los chicles sólo tienen 2 miligramos de nicotina (el doble de nicotina, pero cada chicle le dura varias horas). Dice que un conocido estaba usando parches de nicotina, prendió un cigarrillo y le dio un paro cardíaco. Que él, hace tres semanas, encendió un cigarrillo, aspiró, y vio que el humo no salía, que no podía respirar. Se aplicó ventolim con el broncodilatador y se fue al hospital. El médico le dijo que tenía que dejar de fumar. Dice que a veces visita a su tío, que tiene cada vez más sobrepeso, volvió a fumar y se está quedando ciego. Perdió la vista de un ojo y tiene bastante comprometida la visión del otro. Imagino a mis amigos fumadores diciendo eso no tiene nada que ver con el tabaco. Podrían decir la misma idiotez sobre la cocaína o la heroína. Esos consumos no tienen nada que ver con la neumonía. Bueno, pensá y salís, Neo.
Entonces acá estamos. Abstinentes pero de vivos. Diversificando los consumos. Hoy tosí en la ducha y me alegré: es la primera vez en once años (fumé toda la última década) que llego a esta parte del invierno sin haber tosido. Mantengo los recurrentes mocos, pero la tos, como por arte de magia, parece haber desaparecido. Sigo discutiendo con mis amigos fumadores de alta performance, peleándome con una parte importante del mundo, pero al menos eliminé la tos y el gasto fijo de los atados (que, me informan, aumentaron a seis pesos o un dólar y medio, lo que, pese a todo, sigue siendo uno de los precios más económicos del mundo en el ramo de tabaco industrial). El viernes empieza el mundial (será el primero de la mayoría de edad, también, sin el cilindro-fálico para la ansiedad oral). Mis amigos fumarán. Yo aprovecharé para ejercer otros consumos (ser una termita con las facturas, volver a la alta ingesta de gaseosas azucaradas con nombres numéricos -Cero, Quatro, Seven-up-, etcétera). Será un gran mundial. Brindaré por la selección, por los amigos (long life to them) y por otros seis meses libres de Nicotina y Alquitrán, los gemelos malditos.

viernes, 26 de marzo de 2010

Don't get me down



El formato blog ya parece viejo, el consumo de blogs va ganando algo vintage entre tanto adictivos twitter, Facebook y Grooveshark y eso me gusta. River fue uno de los peores equipos del continente y dio ganas de fumar a todos los gallinas ex adictos que nos angustiamos y extrañamos nuestro chupete en forma de humo y estilización de la angustia pero no importa. Resistimos desde el corredor norway de la city. El próximo torneo arrancamo' en zona de promo o descenso directo pero nevermind. Lo que importa es que somos licenciados en algo y ex adictos a otra cosa. Y suena Pixies en el playlist. En tu vida. Y no te llevás bien con todos y la cebolla se te quema en este momento por tu adicción al webeo pero lo sentís gracias a que dejaste al tabaco, estás acá y estarás allá, saboreando más las pastas y mañana el partido de fútbol, con el césped y la pelota y la transpiración y el olor del sol, porque saliendo de la matrix nicotínica la realidad se modifica sutilmente. ¿Viste que en tu mundo cool de cowboy fumador las cosas son planas e inodoras? Bueno, dejar de fumar es como fumar marihuana: recuperás el apetito (para bien y pa' mal) y el olfato. Get a hobbie. Get an addiction. Don't get a cancer project. Get a nice, thirsty and smelling life!


(Gracias T)

domingo, 14 de marzo de 2010

Lost

Mucha interna, mucho puterío, mucho ego, mucho jugador que no termina de retirarse, mucha compra malograda (en especial el morocho del fondo que habla portugués), un técnico sin autoridad y sin reacción que habla demasiado con la prensa, demasiados referentes en la cancha y en el banco que hablan en la TV o con amiguitos de Olé y la peor defensa del torneo.


Los de River tampoco son galácticos pero... ¿cómo lo ves el superclásico, Román?


Linda semanita para volver a fumar, ¿no?

miércoles, 10 de marzo de 2010

Seguimos con el amarillismo anti-T (desde el limbo nos manda su adhesión un fumador arrepentido: fuerza, Cacho!)


Tiempo de lectura: 2 cigarrillos.

Calificación del arrepentido y undercover 'Cacho': 4 Sandritos y medio.


La ciudad impone ritmos maníacos. La ambición es humo, ansiolíticos y polvo blanco. Las ganas de fumar acechan en todas partes. Cuentas que hay que pagar, finales que hay que aprobar, discusiones políticas con amigos de la primaria que terminan con ganas de quemar Facebook,


el alcohol, los familiares, las mujeres, la prensa, Internet, los mails que son como el mundo o Hollywood (casi nunca te dan lo que querés en el momento en que lo deseás o necesitás), las encuestas, las noticias diarias sobre los 'éxitos' de la policía anti-narcóticos en el noroeste del país, el sufrimiento de mis amigos rastamanes, River y su eterna depresión abulíca (viendo jugar a River comprendo que el hundimiento del Titanic no fue por un iceberg 'real' sino por una masa amorfa de ansiolíticos que yacía en los estómagos de todos los pasajeros del plantel millonario), la apasionante lucha por el descenso entre Gimnasia, Racing, Central, Chaca y la clase media bohemia-humanista.


En fin, diversos factores atentan contra nuestros estabilizados niveles de ansiedad, angustia y stress pero resistimos aferrados a las mentitas, los licuados, la catarsis evangelista anti tabaco cuando estamos alcoholizados en terrazas o jardines donde el tiempo se detiene y los encendedores se accionan maníacos incandescentes brillosos perfectos, pero recurrimos a todos porque escribimos de este lado, nos aferramos con desesperación al exceso de ingestión de grasas y azúcares y a cualquier pileta o Lic. en psicología a quien podamos aferrarnos por un rato.


Como diría el mainstream rastafari Fidel, hay gente que se gasta dos dólares por día metiéndose sustancias cancerígenas, tratando de distraer el management sobre sus niveles de ansiedad y angustia llenando sus venas de humo, alquitrán y nicotina, y hay gente que no. Yo no. Una década fue suficiente. Por supuesto escribo esto para reafirmarme, como el cura que todos los días reafirma su elección monogámica con Dios para alejarse de la tentación exogámica que en muchos casos deviene en pedofilia. Por favor Dios alejame del tabaco y de los menores de 18.


Alejame de la prostitución, de la cocaína, del marketing, de la televisión, de Twitter y Lucky Strike.

Alejame de El Familiar que acecha en los túneles del inconciente, de los parientes, amigos de derecha y ex's que acechan detrás de las paredes de Facebook. Alejame del descenso. De los siniestros exhibidores de tabaco que acechan en los kioscos con luces de neón. De las películas que ganaron un Oscar. De los libros de maní que se promocionan en las reseñas de los suplementos culturales. De los rentistas poetas audiovisuales que se creen elegidos por el Dios Artie para desarrollar su impoluta obra de gracia artística en los campos de algodón palermitanos. De la adictiva comodidad de la pantallas azules.

Alejame del gastado olor del tabaco. De las imagenes de duros cowboys arriando toros entre el estilizado y sexy humo que deviene en problemas renales y suaves rubias haciendo snowboard con un cigarrillo entre los labios y un sugestivo escote en V que deviene en cáncer de mama.


Recordemos a Lynch. Pensemos en un comercial lynchesco contra el tabaco. La seductora y viril juventud, los momentos de alegría, placer y decisionismo. Todos junto a la cajita del fálico placer oral. Típicos sonidos lynch de cuerdas hechos por Angelo Badalamenti remiten a pesadillismo soft. Lento fade out de imagen y estridentes cuerdas.

El mismo cowboy mujeriego que seducía a todos con su guitarra (donde siempre colgaba un atado de Lucky) ahora yace convaleciente en la cama de una clínica privada. Pero no ha perdido la magia. Una pareja amiga viene a visitarlo. Miradas incómodas en el ascensor. Cartelito de prohibido fumar. Los dos llevan parches en los brazos.


Llegan frente a Joe Camel y le regalan un chocolate que el cowboy deja en la mesa de luz mientras pregunta por cigarrillos (guiña un ojo a lo Cacho Castaña y hace el gesto del pucho). Como Laiseca en El Artista pero ya sin voz: pucho, pucho. Ellos niegan con la cabeza. El cowboy se descubre incómodo incomodando y para salir del momento culpógeno ensaya una melodía alegre con el tubito con el que respira desde su cuello a partir de su traqueotomía (hay cánceres peores y somos inquebrantables). La traqueo-music empieza a sonar estridente y algo siniestra. Fade out de la traqueo-music que es reemplazada por el sonido de la máquina del enfermo en coma. Sonido continuo.


Fundido a negro. La pareja de los parches vestida de negro en el cementerio con los ojos rojos. Cielo gris y húmedo. Plano detalle de la lápida.

Carl Marlboro. 1960-2010. ¿Tenés fuego?


Pero basta de ensoñaciones autistas que el loco Lynch sólo filma publicidades de cigarrillos y sigue fumando (ya no quedan ídolos).
Pero Lynch, como todos, pagará sus deudas ante el señor.
A cuántas personas te cogiste para estar dónde estás.
Cuántos cigarrillos fumaste. Cuántos convidaste.
A cuántos curas pedófilos y nazis cobijaste y a qué gobiernos te opusiste.
De qué lado jugabas. Y no me digas otra vez que no sabías.
Eras el que le convidaba un cigarrillo al pibe virgen de tabaco y el que se acercaba a felicitar a la unión democrática de la oposición o no.

A quiénes ayudaste. A quiénes hiciste fumar. A quiénes ayudaste a dejar (creo que voy 2-2, me gané un digno purgatorio: como abogados defensores para pelear contra el estudio de abogados de Philip Morris quiero a Allen Carr y al Padre Farinello).

Todos tenemos nuestras mañanas judeo-católicas. Supongo que peor sería tener mañanas árabe-musulmanas.


Hoy me desperté con una certeza AK-70 en forma de torres gemelas. Dios me dijo que quienes inventaron el tabaco y las películas dramáticas de venganza que son festejadas en fiestas californianas debían morir.

Parisinos. Gitanos. Camello. Particulares. Virginia adelgaza. Parlamento. Próximo. Golpe de suerte. Los nombres de marcas de cigarrillos al traducirse parecen perder parte de su aura erótica. Dame unos Virginia adelgaza. Sí, los light mentolados. ¿Aumentaron? Bueno... este país...


La vida pasa mientras nos peleamos por las miserias diarias y nos dan ganas de fumarnos lo que haya cerca. Hay fumadores que nacen y fumadores que mueren.
La vida puede ser un instructivo paseo libre de humo o una idiotizante carrera contra la nada (aferrado a un chupete inflamable que reemplazás cada cinco minutos). Y, por supuesto, algunas noticias nos reafirman en el camino del Señor (Bob).


Aún no es tarde (y no hay por qué seguir en todo al maestro Roberto Sánchez).

Take your choice, Cacho.


Internaron nuevamente a Cacho Castaña
Esto podría pasarte a vos, a mí: take your choice, buddy boy

Sintió un dolor en el pecho y fue trasladado con urgencia al Instituto Cardiovascular de Buenos Aires para realizarle diversos estudios por sus problemas cardíacos y su adicción al cigarrillo.

El cantautor Humberto Castagna, más conocido como Cacho Castaña, fue internado de urgencia anoche en una clínica del barrio porteño de Belgrano, en la que comenzó un "chequeo cardiovascular" relacionado con su adicción al cigarrillo, informó a DyN su médico personal Alfredo Cahe. Según trascendió, el autor de Café la Humedad ingresó en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA), situado en la calle Blanco Encalada 1543, luego de haber sentido un fuerte dolor en el pecho.

"El problema de él es el tabaquismo", resaltó el profesional al referirse a la enfermedad producto de la cual falleció el cantautor Roberto Sánchez, más conocido como Sandro, el 4 de enero último.

Cahe trató de quitarle trascendencia al problema de salud de Castaña, sosteniendo que su internación "estaba prevista, ya que tenía este lapso libre entre sus presentaciones". El último 6 de noviembre, el cantautor había sido internado en el Sanatorio Los Arcos para un chequeo médico debido a cálculos renales. Además, el 15 de abril anterior, también fue internado en el mencionado sanatorio, luego de que sufrió un cuadro de descompensación general.

Cacho Castaña había sido asistido en septiembre de 2008 en el mismo centro de salud, por bronquitis aguda. En 2005, el cantante popular fue intervenido quirúrgicamente por un equipo de cardiólogos que le colocaron tres stents.

Fuente: DYN

martes, 23 de febrero de 2010

El tabaco y la sabiduría de mi amigo Matías C


Está peleando con las fuerzas oscuras pero tiene muchísima luz. Su lucidez resolvió muchas cosas (muchísimas más que nosotros). Esperemos que también tenga éxito aquí. Es su -y nuestra-pelea. Cada uno tiene las suyas, Siempre pequeñas, cotidianas.
Más allá o acá de tu huracán (el chofer del bondi escuchaba a Los Redondos, dormí poco, estoy terminando la facultad, todos somos adictos a las excusas). Estuve mirando Lost y me está limando el cerebelo (otro pro de Lost: nadie fuma!).


Esperamos que la lucha de nuestro amigo -y la nuestra- sea exitosa. Al menos en esto. Dejar el tabaco. Es bueno pelear una batalla posible en el año. Le vamos a ganar al tabaco. Y a fin de año nos emborrachamos y brindamos por eso. El resto, bueno, ya sabemos, es una lucha. O la elección de por qué se lucha y por qué no. Medir las fuerzas y tomar decisiones. Decidir que el encendedor es mejor usarlo para otras cosas. Al final del día (y al principio), cada uno tiene un cuerpo, un enfermero, un personal trainer, un enfermo que va para allá o va para acá, le guiña el ojito a la guadaña y se hace el canchero con el zippo o pone un disco de Marley y cambia de referentes.



Nos enorgullece entonces, y es un enorme privilegio, compartir esta dulce pelea con él (y con ellos, y ellas). Y por supuesto agradecemos mucho el aporte. En este lado de la isla van dos meses (los seis meses es el punto crítico, donde muchos ya hemos reincido pero esta vez ya no). Parafraseando al amigo Fontela, si el amor es una planta que se riega todos los días, los nuevos hábitos - los que llenan el agujero negro de la abstinencia- también. Ducha a ducha, fruta a fruta, post a post, mate a mate, pulmón a pulmón, endorfina a endorfina, mentita a mentita.
(La voz del cowboy de Lucky Strike me dice con voz ajada, en el hombro derecho: ¿me querés decir pibe en qué momento de la película te volviste tan pero tan pelotudo? ¿Fruta a fruta?

Suerte que el mini tetra brik de Ades naranja con alitas que tengo en el hombro izquierdo me dice: dejalo hablar, dejalo que es como las ganas de fumar, como el vecino aburrido y resentido, como la figura de autoridad sádica y castradora, como las ganas de prender la tele, de insultar a alguien, de dormir doce horas seguidas, de chequear mails por centésima vez.
En el Powerpoint lo saco a Paulo Coelho y lo pongo a Riquelme, y le paso la antorcha evangelista -un porro gigante- a Sandro con su pucho electrónico, a Charly y al Indio arrepentidos:

respirá, respirás un par de veces y al minuto se fueron todos los dealers de nicotina y los piquetes de la neurosis, el cáncer del superyó y el rey de los lugares comunes, todos los cieguitos con corona bailando en ronda, los eunucos de las sinapsis malas, los príncipes del cinismo trash, todos con las ganas intactas de seguir de patrulla en tu cerebro. Respirás, pasa un minuto y se van. Bum. Ponés un disco de Regina Spektor, te hacés un trago con frutas o te comés una manzana o te clavás un strudel, o te clavás un tic tac porque el tiempo sigue corriendo hacia adelante pero mais lento, y los fantasmas de los cowboys texanos se hacen humo porque los receptores de nicotina se van cerrando como esas amapolas que se cierran en invierno, y adentro y afuera empiezan a despertar otras cosas que dormían hace tiempo.


Destino Tango dijo...

pensé que estaba haciendo méritos suficientes para dejar de fumar pero leyendo a viperina, veo que es un partido largo, de visitante, con una barrabrava enemiga que te tira seductoras botellas de whisky. primero me sorprendió tantos tips y tecnicismos, después el encantador grado de delirio que produce la ambstinencia..."los jugos te dan aspecto más caribeño", dejar la matrix del lado oscuro, la ducha diaria que favo orece la higiene. En fin, como humilde aporte creo que el cigarrillo nos vuelve menos osados. En vez de encarar a una mina, te prendés un pucho. No entendés algo y en vez de pensar desde otro lugar, buscar cierto pensamiento lateral, sublimás con tabaco. matias

21 de febrero de 2010 19:17

lunes, 22 de febrero de 2010

Las mejores 5 sitcoms de la historia



1) Seinfeld (Jerry Seinfeld- Larry David, 174 episodios, 1990-1998): eternamente neuróticos y perfectamente insoportables. El poder de la química autoral-actoral.


2) Curb your enthusiasm (Larry David, 70 episodios, 2000-2009): el mundo está plagado de idiotas y gente jodida (resentidos que reproducen el resentimiento) pero quizás si uno se relaja valga la pena vivir en él.


3) The Office (Daniels-Gervais-Mercant, versión con Steve Carell, 106 episodios, 2005-2010): con humor, el purgatorio donde trabajás todos los días puede ser un lugar encantador (pero si le sacás el humor vuelve a ser pesadillesco)


4) Will & Grace (Kohan-Mutchnik, 187 episodios, 1998-2006): el mundo es hetero y aburrido pero igual vamos a divertirnos.



5) Friends (Crane-Kaufman, 238 episodios, 1994-2004): amistad y espíritu juvenil-californiano: los reyes del timing.

domingo, 21 de febrero de 2010

Dick


“An artist’s only concern is to shoot for some kind of perfection, and on his own terms, not anyone else’s.”~J.D Salinger

sábado, 20 de febrero de 2010

Mujica: entre Gramsci y Galeano

1º/3/10, Uruguay. Discurso de Pepe Mujica a los intelectuales, antes de asumir la Presidencia.

Queridos amigos:

La vida ha sido extraordinariamente generosa conmigo.

Me ha dado un sinfín de satisfacciones más allá de lo que nunca me hubiera
atrevido a soñar.


Casi todas son inmerecidas. Pero ninguna más que la de hoy: encontrarme ahora aquí, en el corazón de la democracia uruguaya, rodeado de cientos de cabezas pensantes.

¡Cabezas pensantes! A diestra y siniestra.

Cabezas pensantes a troche y moche, cabezas pensantes pa’ tirar pa’ arriba.

¿Se acuerdan de Rico Mac Pato, aquel tío millonario del pato Donald que nadaba en una piscina llena de billetes?

El tipo había desarrollado una sensualidad física por el dinero.

Me gusta pensarme como alguien que le gusta darse baños en piscinas llenas de inteligencia ajena, de cultura ajena, de sabiduría ajena.

Cuanto más ajena, mejor.

Cuanto menos coincide con mis pequeños saberes, mejor.

El semanario BÚSQUEDA tiene una hermosa frase que usa como insignia:
“Lo que digo no lo digo como hombre sabedor, sino buscando junto con vosotros”.

Por una vez estamos de acuerdo.

¡Si estaremos de acuerdo!

Lo que digo, no lo digo como chacarero sabiondo, ni como payador leído, lo digo buscando con ustedes.

Lo digo, buscando, porque sólo los ignorantes creen que la verdad es definitiva y maciza, cuando apenas es provisoria y gelatinosa.





viernes, 19 de febrero de 2010

Bonus track: + 5 grandes personajes de series


James 'Sawyer' Ford: cinismo hardcore, acento sureño y edipo mal resuelto (Lost).


Hugo 'Hurley' Reyes: keep it simple, dude (Lost).


Dra. Jennifer Melfi: deseo y repulsión (The Sopranos)


Adriana La Cerva: feminismo trash (The Sopranos)


John Locke: misterio y fe (Lost).

miércoles, 17 de febrero de 2010

Top twenty personajes de series


Omar Little: Robin Hood es gay, negro y vive en el ghetto (The Wire)
(Por alguna razón, es el personaje preferido de Obama).


Jay Landsman: el mundo está lleno de flacos que se creen demasiado importantes (The Wire)



'Tommy' Carcetti: el candidato perfecto (The Wire)


Brad Bellick: el lado oscuro del WASP (Prison Break)


Don Draper: no todo lo que brilla es oro (Mad Men)


Tony Soprano: el complejo pastor del rebaño.


Janice Soprano: la hermana del monstruo.


Ralph Cifaretto: el guardián de la ambición (The Sopranos).



Johnny Sack: el amor en la familia y la líbido en el poder (The Sopranos).



Bobby 'Bacala' Baccalieri: el guardaespaldas sensible a la hostilidad del mundo (The Sopranos).




Brenda Chenowith: la inteligencia es femenina y peligrosa y el amor es exogamia (Six Feet Under)


Bert Cooper: el Buda del marketing (Mad Men)


Peggy Olson: en busca del deseo (Mad Men)


Mr. Eko: el Caín africano (Lost).


T-Bag: la libidinosa sombra que patrulla todas tus pesadillas (Prison Break)


Frank Sobotka: el sindicalista que murió de amor (The Wire)


Ryan O'Reily: el amor justifica los medios (Oz)


D'Angelo: entre Edipo y Hamlet (The Wire)


Benjamin Linus: la incomprendida otredad (Lost).



Ruth Fisher: y ahora me toca vivir a mí (Six Feet Under).