El galpón donde estaban los libros de mi abuelo era el lugar de la casa donde se guardaban los objetos abandonados, sin uso, los muebles que iban quedando de los parientes muertos. No era, digamos, la pieza más prestigiosa de la casa, pero seguro que era la más atractiva.
Crítica y ficción, Piglia, Anagrama, 2001.
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