al amigo defensor del barroco
alta hangover. pero bien. nada que no cure un ascético sandwich de mortadela. o dos. lo bueno de que el twitter no me permita postear más es que me obliga a volver acá, mi querido y odiado blog. pienso en dejar el twitter pero no me decido. un amigo ayer me decía: la gente quiere que postées autobiografia, che. después discutimos sobre realismo. él tiene algunas críticas y yo soy un ferviente realista. sea lo que sea lo que eso signifique. al rato hubo tequila, me dio calor y me saqué la polera negra de oyente soviético y un toque intelectual que asiste regularmente a la biblioteca nacional y él dijo que yo necesitaba un fashion emergency. una camisita. unos zapatitos. es cierto. por otro lado, hace mi poco me junté a tomar algo con mi primera ex novia y me dijo que estaba igual, sólo que ahora me vestía mejor. paso a paso, baby. babysteps. me siento un poco mejor que hace un tiempo. más productividad, algo más centrado.
ayer traté de contarle un chiste a unos compañeros socialistas y nadie se mosqueó. es duro el silencio del otro lado. el fracaso del stand up. también bailé con una chica. pensé en darle un beso pero no me animé. al final nos pusimos a conversar. soy socióloga. yo también. bueno, casi. en masculino y me faltan algunas materias. ella se dedicaba a las políticas públicas. fue raro: si bien había afinidad universitaria y todo eso, todo lo que teníamos bailando -esa efímera afinidad básica de los cuerpos que se había formado alrededor nuestro- desapareció. la burbuja estalló, me dio un beso en la mejilla y se fue. tardé unos minutos en reaccionar. después fuimos a ultra, me encontré con un antiguo amigo que una vez borracho me había afiliado al partido socialista, fue un diálogo breve y algo forzado. sensación amarga. y después caímos en las esquirlas de lo que había sido una supuesta fiesta en un centro cultural socialista. ahí fue cuando traté de contar el chiste. es uno de los tantos chistes idiotas que cuenta zizek. los montenegrinos tienen tanta fama de vagos que se cuentan el chiste a sí mismos. creo que también lo cuentan con santiagueños. ¿cómo hace un montenegrino o santiagueño o blogger sin conexión para masturbarse? hace un agujero en la tierra, se acuesta boca abajo, introduce su miembro en el agujero y espera que venga un terremoto. mientras volvía a casa pensé en la amistad como duplicación de las miserias. hay algo ahí -en esa sociabilidad básica y fraternal- de donde sale el humor. ver a otros parecidos a vos con más o menos una geografía o rompecabezas de miserias afines. para cerrar la noche llegué a casa, quise encender el velador, se me cayó y se rompió la lamparita. vidrios entre la cama y la biblioteca que uso como mesita de luz. no tenía fuerza para juntar los vidrios.
ayer volvía a casa de mi clase de inglés y lo vi pasar a magnus. por un momento -mientras yo sacaba las llaves de mi bolso- caminamos a la par. pensé en saludarlo, invitarlo a tomar un café. pero qué iba a decirle. no me acuerdo si compartimos alguna antología, pero siempre te leo. bueno, no siempre. esa novela de la gorda -sandra?- lo empecé y no me gustó. pero el del chino en bicicleta sí que me gustó mucho. y los cuentos de las antologías también. vos también sos escritor? no, pero participé en algunas antologías. somos una legión, mucho más que dos. después a la noche me encontré en la puerta de una fiesta a mairal. estaba con un amigo que me preguntó de dónde lo conocés. no sé, de algunos ciclos y algunas fiestas. fue un día de encuentros con escritores importantes. antes había ido a ver las charlas organizadas en la biblioteca nacional por editorial tamarisco. terranova leyó un texto interesante. la literatura como frontón onanista o como pared para ser cascoteada entre varios. frontón solitario o pelota paleta con bolas de cemento.
después nos fuimos de la biblioteca y estábamos en la esquina de las heras discutiendo sobre la charla con félix. o más bien yo defendía la postura terranova y félix escuchaba, pensando en irse, y sosteniendo una caja de vinos o libros que le pesaba mucho. yo tenía un vaso de plástico con vino tinto en la mano. bueno, che, me tengo que ir, me están esperando. sí, sí, claro. fuimos a la pizzeria bum a tomar cerveza. discutimos de libros y series. en un momento yo hablaba de la novela de thompson que acabo de leer -el cuchillo en la mirada- y javier me preguntó de qué serie estaba hablando. no, es un libro. el ataque de las series. el furor del streaming. después nos separamos y lo otro ya lo conté.
un amigo prepara cena y le pregunto por teléfono qué llevo. y... traete un fernet. pienso en cómo lo recibirá mi estómago. hierbas maceradas en alcohol de uva, dice la wikipedia. dicen que es una bebida sana, digestiva. mi estómago a veces ha disentido con esa opinión. eh, bueno, dale, llevo un fernet. ¿a las diez? dale. y ahora estoy acá, duchadito y vestidito listo para volver al combate.
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