Neurosis digital o autismo positivista
viernes, 1 de febrero de 2008
Green little case
Bondi en capital: al lado mío van un hombre y una mujer (alrededor de treinta) que discuten feo. ¿Qué relación tienen? Al final comprendo: son socios comerciales de algo. Pero se están despedazando. Lo único que los une es las ansias del money-maker (la pata de mono). Esos setenta pesos son míos, no eran del fondo común, así que vos vas a devolvérmelos a mí. Es lo mismo. Bueno, no me hables más. Y justo mi mp3 sin pilas. Pieles pálidas de pocas drogas blandas. Lo que mata no es el cáncer, es la falta de reggae en sangre.
Conurbano: largo viaje en tren hora pico. Por un rato me siento un chico popular (más mandarina y menos marmota).
Llego a lo de mi amigo el polaco.
Abre el freezer.
Un paquetito envuelto en náilon blanco escrito en marcador negro lleva mi nombre (mal escrito, pero es lo de menos).
No es ese otro paquetito blanco en el bolsillo (el demoníaco) pero al menos tiene un touch of amoníaco.
Y sí.
Es un BM (Buen Momento).
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