Jaramillo nos invitó a Neuquen. Grosso. Si no salgo un rato de esta ciudad frenética, voy a ser un alienado irrecuperable.
Todo no se puede: salimos el 26 y me pierdo la presentación del libro de Incardona editado por Tamarisco y presentado por Mairal y Llach. Va a estar intenso. Pero bueno, emborracharse en Neuquen también me va.
El 30 tocan varias bandas y leen 27 (!) escritores, trece de acá (Funes-Lunita-Flaks-Chavar-Levin-Pazsubi-Zina-Oyola-Valle-Castelli
-Urman-Cecchi-yo). Habrá que relajarse, tratar de evitar la soberbia y recordar que uno es visitante. O tomar hasta quedar inconsciente y despertarse ya en el 2008, que tampoco es un mal plan.
2 comentarios:
me gusta su plan... pregúntele al tigre lo que se siente reposar en las calles neuquinas... al calor de una novela y todo
eh, yo también leo
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