Neurosis digital o autismo positivista
jueves, 30 de julio de 2009
miércoles, 29 de julio de 2009
martes, 28 de julio de 2009
lunes, 27 de julio de 2009
lunes, 20 de julio de 2009
Resistencia y dispersión
No puedo estar más en la computadora así que voy a la cocina. Leo un manual sobre cómo hacer buenos versos poéticos. No escribo poesía, pero me gusta leer los ejemplos. El tono coloquial con que el narrador te va contando su idea de la literatura. Escucho música clásica por la radio y me cuesta terminar los cigarrillos. Mi teléfono vibra porque recibió un mensaje escrito. Un amigo propone ir a ver la nueva de Transformers. Propongo algo más económico y nacional. No hay respuesta. Horas después me encuentro con uno de mis amigos más íntimos y por primera vez lo veo golpeado. Transformers es una mierda. Nos conocemos desde hace muchísimos años y nunca lo vi mal. Está desencajado, con un grado de conexión mucho menor al acostumbrado. Pero por otro lado lo veo más abierto, en momento de giro. Turning point. Crisis es oportunidad. Eres libre y eso es porque estás perdido. Estamos en la terraza del edificio de un amigo que está medicado. Hay mucho viento, el invierno no amaina. Pienso en las posibilidades de enfermarme y en cuanta gente habrá a la intemperie este oscuro domingo. Quizás nadie está a la intemperie por elección propia. O todos. La intemperie se elige. Lo mejor que le puede pasar a una persona son los golpes de la vida. ¿Cómo fue la vida de Lacan? Mi amigo golpeado dice que para cortar el salamín no necesita necesariamente un cuchillo. Discutimos y finalmente gana el cuchillo. Me levanto y me asomo a una medianera para tratar de ver la terraza de mi casa. No se ve. Alguien comenta que hubiese sido mejor ver la nueva de Terminator. Muchos edificios pero sólo cinco cuadras. Pienso en enfermarme. En pasar el tiempo encerrado más allá de esos edificios. Pros y contras. Dolor y cansancio. Pero nada de culpa para mirar series ni dormir mucho. Mi amigo que siempre está bien pero hoy no dice no quiero hablar, mejor otro día. Entramos al cuarto de mi amigo. Grabo su número de teléfono en la memoria del mío. Lo escuchamos tocar el teclado. Nos sorprende. Por momentos veo una foto en la que estamos todos los amigos hace diez años. Me levanto de la cama en la que estamos sentados para ver el movimiento de sus dedos. Dos broches para colgar la ropa sostienen partituras frente a sus ojos que miran las teclas. Es un momento sensible descubrir que un amigo ejecuta con tanta seguridad algo tan noble. El aire se purifica con esa sublime música acolchonada que nos suena de las películas. Bocas abiertas en blanco y negro. Mi amigo deja de tocar y se pone a hablar de cuerdas y pianos de verdad. De cuartetos y pizzicatos. Pide excusas. Dice: seis meses más, me compro un piano y me voy a vivir solo. Después dice: tengo que empezar a salir más. Vamos a mi casa con la idea de amasar fideos. Llamo a un amigo chef para que me aconseje. Me alegro por tener la cantidad necesaria de huevos -seis o siete- pero nunca encuentro la harina. Mi amigo músico propone pizza. Dice yo invito. Le doy dos pesos de propina al delivery y me parece mucho pero después no tanto. Le doy a mi amigo músico mi parte del dinero de la pizza. El invita a nuestro amigo golpeado. Paso unos minutos calculando que yo también estoy invitando a nuestro amigo en crisis y llego a la conclusión de que eso está bien. ¿Cuáles son los sutiles gestos que nos separan frente a los otros de ser relativamente pobres de relativamente tacaños? ¿Relativamente fríos de relativamente pesados? ¿Indiferente o desesperado? ¿Relajado o neurótico? ¿Adicto al trabajo o colgado? ¿Y qué combinación es peor? Si me apurás para que defina mi invierno en dos palabras te digo resistencia y dispersión. Me enseñan a jugar a un juego de cartas llamado La podrida. Mientras buscamos hielo hablamos de mujeres. Ex novias, amigas que hacen trios y tienen novias. Hablamos básicamente de lo lejos que estamos de las mujeres. Guardo lo que quedó de pizza para dejar de comer por ansiedad. Calculamos la cantidad de manos que vamos a ganar por ronda. Cero, uno, dos, tres o cuatro manos. Hagan sus apuestas. Ganar me cambia el ánimo. La apuesta es un trago en el próximo lugar donde podamos pedirlo. Bar, fiesta o discoteca. Le indulto la pena a mi amigo. Le presto un libro a cada uno de mis amigos. Me gusta creer que elijo el libro adecuado para cada amigo. Que recomendándoles el libro con precisión personalizada le abrirán las puertas al consumo de literatura. Al final sólo soy un positivista de mierda. Un joven de veintisiete años con exceso de formación teórica, con demasiados consumos audiovisuales norteamericanos y con muy poca calle. En la puerta digo que el amigo músico es el eslabón perdido entre Beethoven y Piazzola y pienso que quizás haya tomado demasiado. Otro amigo deja su libro prestado sobre el capot y mientras saca las llaves del auto me pregunta: ¿y si no tengo papel para el asado puedo usar el libro? Le digo que no. Pero para abanicarlo, me aclara, y usa el libro como abanico de un asado imaginario. Ah, como abanico sí, respondo, y cierro la puerta. Lavo platos con una sonrisa. Poco higienismo mental tan eficaz como pasar los domingos con amigos. Un lindo abanico social para refrescar la calurosa sensación de que at the end of the day, el día de la gris despedida, nos encontrará con el sabor amargo de otro final de semana que terminamos solos. Y ver amigos los domingos también puede servir para recordar que tal vez no haya más que esto, y que tal vez eso no esté tan mal después de todo, esporádicos pero reparadores refugios que nos protejen durante un rato de las nubes del camino.
domingo, 12 de julio de 2009
afterhours
mmm... iba a escribir algo que de pronto en el bondi me parecía irremediablemente necesario escribir -e imprimir acá, así, sin sacarme los guantes de punta cortada que igual molestan bastante + el alcohol que ingerimos- pero llegué acá, a la compu, y de pronto gracias a dios abraham y jesucristo sentí que y qué, y qué si hace tiempo que no usamos el word para eso, y qué si enamorarse es querer sacarte un brazo o en su sano defecto querer pasar el máximo tiempo posible del mes que nos atañe, pero nunca te acercaste a la quincena, aunque el videoclub te lo recorriste de cabo a rabo, y los divanes, y los canales de chat, pero bueno, así estamos, cerca de la vuelta de la cruz y llenando datos en casilleros desiertos de páginas que prometen amores tan higiénicos como estadísticos, y azarosos, cordera diría y lo azaroso, qué? qué?!, pero somos racionales y no creemos mucho en lo azaroso, y las cenas a ciegas con chicas hermosas que leen las manos de vecinas ajenas, nos asustan, y tal vez como dice mi profe de inglés el hombre tiende al miedo y la mujer a la nostalgia, y escorpio necesita el conflicto para sentir que está vivo, y mi padre, y abajo o al costado mi madre, y en fiestas hablo de cosas íntimas de las que no debería hablar, trato de ser 'auténtico' con una imagen deforme y autista premoderna de lo honesto, y la vida avanza, todos avanzan y las neurosis tal vez retrasen, pero como dice un amigo qué lindo dormir con sueño,
viernes, 10 de julio de 2009
miércoles, 8 de julio de 2009
Sangre falsa
La cortina está bastante bien. Anna Paquin y su entorno también. Y venías de Six feet under que estuvo muy bien. Pero esto es insostenible. Argumento para idiotas. ¿Fueron los productores? ¿Cómo mierda se te ocurrió hacer una serie sobre vampiros, Alan?
martes, 7 de julio de 2009
Hey
Me obsesioné un poco con este tema y video. ¿Por qué? No sé, me gusta el low fi, es lo primero
que se me ocurre. Y esta banda transmite algo. Y este es quizás su tema más perfecto. Como dice Black en el ensayo que se puede
ver en youtube, this is a new classic. ¿Y por qué este tema perfecto funciona tan bien con este
videoclip casero? ¿por qué es tan superior esta mezcla
imagen sonido a la cosa ultra lavada y
cuidada -bien mtv- del video original?
Tal vez porque Pixies -una banda que, entre otras otras, hace posible a Nirvana, y que es el
gran referente e ideal de Cobain a la hora de pensar en una banda- tiene esa cosa espontánea,
sucia, sexy, y un low-fi engañoso, muy profesional, que muy bien logra reflejar o duplicar el
video de estas chicas israelíes (Tasha & Dishka). En el
mismo video del ensayo
se puede ver a Kim Neal -segunda
voz y guitarra- agarrando el ipod junto a la batería,
porroncito en mano, y contando la cantidad
de veces que dice chained. Una vez más, sí, el aporte
de Kim es fundamental. Y antentis
videastas amateurs a la edición del video.
(Gracias al Conejo de la suerte por el video).
domingo, 5 de julio de 2009
Dinner out
Y es otra cena más y uno de tus amigos habla de que con una chica se le para la pija todo el tiempo, no dice eso pero dice tres polvos, y otro enfatiza, claro, se te para la pija todo el tiempo, y vos estás engripado pero encendés otro cigarrillo, porque la ronda sigue y sólo podés hablar de incomunicaciones, le podés poner toda la sal que puedas pero la noche está ahí, las luces lo apuntan a él y a sus tres polvos por encuentro, porque somos hombres y lo que parece importar es eso, podrías defender tu polvo por encuentro pero como no lo tenés no podés decir nada, pero por por otro lado pensás -y sabés que tus amigos piensan lo mismo- que todos queremos lo mismo, como lo decían ayer en una película de mierda que miraba engripado, uno simplemente quiere alguien para agarrrarle la mano, antes o después de un polvo satisfactorio, claro, el maldito y holy polvo satisfactorio, que si acaba ella y yo no, o yo y ella no, que los centímetros y la actitud sexy y la concha de la lora, claro, sí, pero at the end of the day todos clamamos por la manito, como si fuésemos viejitos, el problema es que somos todos tan neuróticos, y estamos tan jodidamentente jodidos, que ese o esa de la manito tiene que ser lindo, inteligente, sexy, tierno, un toque cruel, un toque histérico, hacer algo 'interesante', no ser muy ansioso, tampoco muy frío, ni frígida ni puta, ni demasiado conservador ni demasiado polígamo, ni impotente ni tener priapismo, en fin, sí, el invierno se nos viene encima y estamos ahí, siendo salvados por las gregarias cenas con amigos que nos recuerdan que no estamos tan solos, que estamos todos igual de (ay, las traducciones, y los psicólogos, y los padres, y los medios, y la maldita web, y disculpen, no sé quién pero alguien nos está cagando la vida), y entonces me vuelvo moralista y alguien me puteará o ninguneará por comment o mail pero bueno, tampoco importa, será un par, quienquiera que sea, la distinción ya fue, todos tenemos twitter y los otros dispositivos de mierda que ya más o menos conocemos y no, no nos hicieron ni mejor ni peor de lo que somos. No sé, hoy salí a la calle y comprobé una vez más que los medios mienten, que la gente afuera se sigue juntando y lo único que sé es que la solución está ahí, no en esta máquina de mierda ni en el plasma ni en el cartero digital que cada holy day me recuerda que tengo algunos nuevos correos en mi email box.
miércoles, 1 de julio de 2009
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